No hay dos sin tres. Ni cuatro ni cinco ni seis. Las pifias culturales llevadas a cabo desde el Ayuntamiento de Madrid parecen no tener freno ni límites. Después de los episodios de la cabalgata de Reyes, de los titiriteros filoetarras y de la pésima gestión en torno a la ley de Memoria Histórica, parecía que el departamento dirigido por Celia Mayer no se podía superar. Pero ese concepto no es aplicable al equipo de Gobierno de la capital.

En este caso, desde el área de Cultura del Ayuntamiento se ha apoyado y promocionado una exposición en el distrito de Tetuán (el mismo donde tuvo lugar el polémico Carnaval) en el que el tema principal eran los órganos reproductivos humanos, en especial los femeninos.

A lo ya de por sí polémico del contenido, se le une que las diferentes imágenes están a la vista de los niños. Concretamente, antes de que la exposición fuese suspendida por quejas de padres, un grupo escolar tuvo que atravesar y contemplar todos los cuadros de la exposición.

Para tener una idea más clarificadora de lo desagradable e inoportuno de lo expuesto, los propios organizadores del evento en el centro Eduardo Úrculo califican de la siguiente manera lo que los niños tuvieron que ver: «chochos, coños, pollas y trancas llenas de placer, rebosantes de colores«.

Aún con todo, parece del todo imposible que este ‘resbalón’ le vaya a costar el puesto a Mayer, ya que tras quitar la placa a los carmelitas fusilados, Carmena le ratificó en su cargo.

Por tanto, parece que el proyecto de ingeniería social llevado a cabo por los llamados ‘gobiernos del cambio’ seguirán adelante, ya que, además de la exposición vaginal, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, contrató a una ‘poetisa’ que hizo una versión pornográfica y sexual del Padre Nuestro.