Creo que no me equivoco si afirmo que todavía no hemos dado con la tecla para hacer llegar la Tauromaquia al mayor número de personas posible, de cómo devolverla a una sociedad que parece haberla eliminado de un plumazo de su día a día. Y creo que hoy he dado, no sé si con la llave maestra de la solución, pero creo que sí con una pieza fundamental del problema: que la comunicamos de puertas para adentro, sin ser conscientes del todo de lo que hay ahí fuera.

Llego a esta conclusión tras la primera jornada de la VI edición del Congreso Iberioamericano sobre redes sociales –iRedes-, que se está celebrando estos días en Burgos, donde cientos de personas viven en una realidad que, en cierto modo, nos resulta paralela, cuando quizá la realidad paralela sea en la que vivamos nosotros.

Se habla de distintas formas de comunicación, de diversos tipos de canales a los que hoy tiene acceso cualquiera, y en los que nosotros no tenemos ni la más mínima presencia. Nos lamentamos, no sin falta de razón, de que la prensa generalista cada día nos presta menor atención. Pero es que nosotros tampoco hemos hecho mucho por actualizarnos a la realidad 2.0, siempre preocupados de mantener la esencia de la Fiesta, como si esa lejanía a la realidad nos fuera a asegurar un futuro en el que, lo que no se ve, no tiene ni siquiera presente.

Es hora de reinventarse, de dar un paso al frente y darnos la visibilidad que deseamos tener, pero procurándolo por nosotros mismos, sin seguir desesperando con la eterna esperanza de que lo vengan a hacer otros. Tenemos un filón, siempre lo decimos, pero no somos capaces de trabajarlo como lo han hecho otros. Llevamos años de retraso. Pero como esto de las nuevas tecnologías se reinventa día a día, todavía estamos a tiempo.

@empenha

Periodista