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La radicalidad verbal de Rivera

Por la formación de Ciudadanos y por algunos medios de comunicación se ha intentado instalar en el imaginario colectivo la figura de Albert Rivera como un hombre de Estado, moderado y huyendo de los extremos.

Sin embargo, en las dos sesiones de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados se ha visto al líder de Ciudadanos excesivamente molesto y exhibiendo una radicalidad verbal inédita hasta el momento.

Si en la sesión del miércoles, Rivera increpó al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ayer no fue menos.

Concretamente hubo cuatro intervenciones que suscitaron críticas y reproches de otros partidos.

Dos de ellas fueron con el PP. En una de ellas, Rivera reprochó a los populares que Rajoy pusiera «en jaque» la función institucional del Rey. Desde la bancada de la derecha se oyeron quejas.

La segunda, que hasta provocó la indignación del propio Rajoy, fue cuando afirmó que el PP iba a votar junto a Podemos, ERC y Bildu. En este sentido, siguió la línea del propio Sánchez, marcando equidistancia entre el PP y los partidarios de ETA.

Otro diputado afectado por el exceso de oratoria de Rivera fue el diputado de Compromís Joan Baldoví, quien le afeó al líder de Ciudadanos el reproche a Iglesias de que «más que un gobierno a la valenciana» el suyo sería «un gobierno de traca«. El portavoz valenciano pidió «respeto» al sector, que que «genera miles de empleos en la Comunidad Valenciana«.

La cuarta intervenció polémica de Rivera no se escuchó, ya que fue desde su escaño sin tener el micrófono abierto, pero se le pudo leer los labios.

Fue con Alberto Garzón en la tribuna, quien reprochó al diputado naranja «falta de respeto» al comparar el PC de la Transición con el actual contexto. El líder comunista aseguró que, además, de los políticos, la democracia llegó a España por el esfuerzo de los propios españoles.

Mientras aplaudían desde la izquierda se le pudo leer a Rivera: «Y por el mío también«, algo que contrasta con alguien nacido en 1979.

4 marzo, 2016

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