Pablo Iglesias sigue reduciendo su plantilla, esta vez, con la negativa de Errejón. Pero los estatutos del partido dejan carta blanca a su máximo dirigente para mover ficha sin necesidad de hacer una votación. Sergio Pascual, hombre de máxima confianza de Iñigo Errejón,ha sido la primera gran victima de la ya evidente crisis de Podemos.
Iglesias, que culpa a Pascual de “una gestión deficiente cuyas consecuencias han dañado gravemente a Podemos en un momento tan delicado como es el proceso de negociaciones para conformar un Gobierno del cambio” transmitió esto en un comunicado el mismo día de la destitución.
El ya ex secretario de Organización, afín a Iñigo Errejón, publicó el mismo día en su twitter que seguía «comprometido con las mayorías para el cambio». Ante esta tesitura, nada agradable para la formación, Errejón ha decidido guardar silencio y reservarse un tiempo para reflexionar sobre la situación del partido, que afronta crisis en Cataluña, Cantabria, Galicia, La Rioja o Euskadi. Esta decisión de última hora pilló desprevenidos a los peones de Iglesias.
La secretaría general será temporalmente la encargada de la gestión y organización territorial hasta nuevo nombramiento.
Las 10 dimisiones que se produjeron en la dirección de Madrid no dejan lugar a dudas de los enfrentamientos dentro de la formación morada, pero si hubiera que poner la balanza, Iglesias saldría ganando tras este golpe de autoridad, ya que ahora está a su cargo el control de las estructuras internas.
Sergio Pascual continuará como miembro de la dirección del partido de Andalucía y como diputado por Sevilla, donde formó parte de las listas en las elecciones generales.
Los esfuerzos de acallar los enfrentamientos de ambos lideres del partido han sido en vano, ahora, Errejón debería manifestarse y mover ficha. ¿Quién será el próximo en abandonar el tablero?
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