En agosto del año pasado se supo que el Ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena prácticamente recién llegada a la Alcaldía, trazaba un plan para ceder espacios municipales a colectivos sociales, incluidos algunos okupas. En octubre el Consistorio anunció que el marco que regularía las cesiones estaría listo en noviembre. Finalmente, no fue hasta febrero de este año cuando el Gobierno de Ahora Madrid desveló cuáles iban a ser los primeros edificios disponibles para ser cedidos y algunas de las bases necesarias para ello.

El alargamiento de los plazos, la disconformidad con algunos aspectos del plan y el hecho de que a día de hoy ninguno de estos colectivos disponga del espacio prometido ha hecho que algunos de ellos se impacienten y hayan comenzado a actuar por su cuenta. Una de estas organizaciones okupas ya ha abierto un nuevo Centro Social Okupado Autogestionado (CSOA) y otra de ellas amenaza veladamente con usurpar un nuevo inmueble.

La primera de ellas es el colectivo La Traba, la organización principal entre las que componen el Espacio Vecinal Arganzuela (EVA), que fue creado precisamente cuando el anterior edificio que okupaba La Traba, en la calle Batalla de Belchite, fue desalojado y más tarde derruido. Los okupas usurparon hace varios meses el antiguo Cine Candilejas, en la plaza Luca de Tena del barrio de Delicias, pero no ha sido hasta el pasado mes de febrero cuando han inaugurado el nuevo centro social con un evento en el que se desarrollaron conciertos y otras actividades sin autorización.

Por su parte, el Patio Maravillas -colectivo okupa del que proceden los concejales de Ahora Madrid Guillermo Zapata, Celia Mayer y Javier Barbero- emitió la semana pasada un comunicado en el que valoraba con «reserva e incluso decepción» las directrices marcadas por la Ejecutiva de Carmena para la cesión de espacios y advertía: «Garantizamos aquí que este proyecto recuperará su materialidad, volverá a ser una realidad tangible, dará de nuevo vida a un espacio vacío. Más pronto que tarde y sea como sea».