Editorial, Madrid

¿Para qué sirven los votos de Ciudadanos? Molina de Segura como estrambótico síntoma

Una democracia representativa como la española tiene sentido en la medida en que cada persona, a través del ejercicio del sufragio, se ve representada en las instituciones; pero además lo tiene en la medida en que cada uno de esos votos ayuda a conformar mayorías de gobierno, es útil.

Y aún así, negociar, alcanzar y validar esas mayorías no puede convertirse en una simple cuestión numérica y matemática para los partidos que las intentan y las logran. Hay algo más esencial y sagrado en el sistema democrático: que esos proyectos que legítimamente conjugan varios partidos al mismo tiempo estén dotados (dentro de ciertas diferencias) de una coherencia, de una armonía, de unos principios compartidos; que, en definitiva, signifiquen en sí mismos una hoja de ruta clara para servir a la sociedad: sumando y construyendo.

El caso del apoyo de Ciudadanos al PSOE, a los delegados de Podemos y a Izquierda Unida para arrebatar el bastón de mando del ayuntamiento de Molina de Segura al Partido Popular constituye la perversión, la manipulación y la prostitución no sólo de los engranajes más básicos de los sistemas proporcionales sino, peor aún, el engaño y la consiguiente burla al votante.

Es verdad que el Comité Ejecutivo Nacional de Ciudadanos ha abierto expediente a los cinco concejales de su grupo municipal molinense. Pero es una medida que llega tarde (es reactiva, no preventiva), y que siembra el desconcierto (¿qué clase de pastiche, batiburrillo o tutti frutti servirá ahora de cemento para la acción del nuevo gobierno municipal?).

Es incuestionable (hasta tuvo su cierta lógica) que cierto voto de descontento o castigo al Partido Popular (en parte merecido) terminase en las últimas municipales y autonómicas en la saca de Ciudadanos. Pero, ¿para qué ha servido? Por desgracia para aquellos votantes irritados con el partido de la gaviota (hoy muchos, desde su impotencia, profundamente arrepentidos), ha servido para otorgar porciones de poder muy serias a socialistas y neocomunistas con las que sin Ciudadanos jamás habrían soñado.

¿Ésta era su anunciada utilidad regeneradora?

30 marzo, 2016

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