Editorial, Madrid

El vómito de Otegi: la villanía de un terrorista ufano y sin remordimientos

Al terrorismo o se le combate o se le sufre. Y, con vías diferentes a las hasta ahora usadas por el Estado de derecho, a los españoles que creen en la democracia les toca ahora combatir dialécticamente a un terrorista sin arrepentir, ufano, altanero.

Esta alimaña “no se considera terrorista”, aunque lo han establecido los tribunales.

Esta alimaña subraya que “algo se conmovió con cada víctima”, con cada familia rota, con cada tiro en la nuca, con cada tortura… no es una declaración o una confesión, es un rebuzno o un vómito: el de un desalmado.

Esta alimaña proclama que “parte del Estado está deseando de que ETA vuelva”. Tiene razón, una parte sueña con que los terroristas que como ratas han huido de la justicia vuelvan… para ingresar en la cárcel, que es su sitio.

Esta alimaña entiende que “el Estado no quiere el desarme de ETA”. Vuelve a tener razón, porque dado el teatrillo de entrega de pistolas protagonizado hace un tiempo por estos cobardes, lo que queda es ir a por ellos y requisarles el material de verdad con el que vilmente han asesinado a cientos de españoles y dejado mutilados y heridos con secuelas de por vida.

Hay cosas peores que un terrorista microfonado y vomitando propaganda nauseabunda: que esté apretando el gatillo para matar. Otegi ha comparecido, sin reinsertar tras su paso por la cárcel, como lo que siempre ha sido. Un despojo, chatarra, un villano, escoria humana.

18 abril, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *