Madrid, Opinión

Y Cobradiezmos volvió a casa…

No hay animal más bello que el toro bravo. Cuando uno se adentra en la dehesa y lo ve ahí, majestuoso, serio, erguido, solitario, tranquilo, puede llegar a sentir cierta complicidad, difícil de explicar. Hay veces que el animal te descubre mirándolo, y él mismo fija su vista en ti, con esos ojos tan penetrantes. Inmóvil. Impertérrito. Entonces, se apodera de ti su grandeza, ¡tan cerca de ti! Que te haces pequeñito ante tanta inmensidad.

Así es el toro en el campo, y ser testigo de las labores que se realizan con él es, indiscutiblemente, un privilegio, tan sólo superado si tienes la fortuna de ser testigo de cómo se le perdona la vida al bravo en una plaza de toros. Yo lo he sido en dos ocasiones. La última, en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, hace poco más de una semana, en la histórica tarde del 13 de abril.

1 (7)Cobradiezmos, con el hierro de Victorino Martín, saltó al platillo en cuarto lugar. Todo lo hizo bien en los primeros tercios. Fue presto a los engaños, se entregó en el caballo, y desarrolló unas condiciones únicas en la muleta. Fue compás, cadencia, ritmo, temple, nobleza, codicia y alegría ante la franela del diestro Manuel Escribano.

Su forma de seguir las telas, esa manera de meter el hocico, de rozar con él la arena del albero, hicieron que la plaza se conviertiera un clamor para que le fuera perdonada la vida. Ante las dudas de la presidencia, Escribano siguió mostrando todas las virtudes del animal, hasta que desde el palco que se sitúa a la derecha de la Puerta del Príncipe asomó el pañuelo naranja.

3 (2)Salió la parada de mansos de toriles, y Cobradiezmos los siguió en lo que suponía su regreso a casa. La felicidad del torero –premiado con las dos orejas simbólicas-, y del ganadero se palpó en una vuelta al ruedo cargada de las emociones de un público sabedor de haber vivido el momento más emocionante para un toro bravo, rendido a la grandeza del animal, de quien lo lidia y sobre todo, de quien pasa tantos y tantos desvelos para criarlo.

@empenha

Periodista y Doctora en Filología

22 abril, 2016

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