Hemos pasado de la categoría de políticos imputados que debían dimitir ‘ipso facto’ a la de ‘investigados’; pero ya hemos dado el salto a la de ‘señalados’, y éstos últimos (especialmente cuando son del PP) también deben hacer las maletas para irse a su casa. Sin dilaciones.

¿Y qué es un señalado? Muy simple. Alguien a quien un corrupto que ha perpetrado delitos masivos señala por haber hecho tal o cual cosa de forma irregular o ilegal.

Es lo que ha ocurrido con la declaración ante el juez del empresario (que se reconoce como un corrupto de tomo y lomo) David Marjaliza. Ha señalado a tres alcaldes del Partido Popular en distintas etapas (Alcobendas, Getafe y Alcalá de Henares) por haber ‘mangoneado’. Y además al consejero Jaime González Taboada, número 3 del gobierno de Cifuentes.

Marjaliza está en su estrategia de defensa en su perfecto derecho de decir la verdad, de mentir, o de situarse en un terreno intermedio entre lo uno y lo otro. Según le convenga. Naturalmente, sus acusaciones e insinuaciones ponen en la picota a estos cargos públicos del PP. Pero a todos aquellos que dan por buena su palabra cabría preguntarles si, dado que este país cuenta con chorizos confesos que cuentan LA VERDAD, ¿para qué necesitamos a los jueces de la Audiencia Nacional? ¿Para qué a la Fiscalía Anticorrupción?

Un poco de seriedad, por favor. O terminaremos viendo cómo estos delincuentes de cuello blanco con cierta apariencia de víctimas y de no haber roto un plato terminarán desfilando por Sálvame Deluxe sometidos a la prueba del polígrafo para determinar en qué son sinceros y en qué nos engañan como bellacos.