Editorial, Madrid

¿Qué es lo que queda del ‘efecto Rivera’? ¿Qué se ha perdido?

Compareció el 20D con las encuestas situándole en los 70 y 80 diputados, pero finalmente se quedó en la mitad. Era el candidato que funcionaba bien en la tele pero se desinfló en los debates. Era el líder que con sus muchas virtudes podía tapar las carencias de otros jerifaltes regionales o locales de Ciudadanos. Pero ahora, todo eso ha cambiado. ¿Por qué?

¿Hay otras caras de Ciudadanos que pueden ayudar a la formación naranja a obtener mejores resultados el 26J? ¿Quiénes son? ¿Arrimadas, Girauta, Páramo? ¿Qué aportan? ¿En qué se diferencian y en qué se asemejan al gran jefe?

El hecho cierto es que Ciudadanos ha cambiado su táctica. Empleará a más portavoces para complementar a Rivera. Entre otras razones porque ahí están los sondeos: el candidato a la presidencia del gobierno sigue estando bien valorado, pero ha perdido cierto magnetismo, cierto encanto. ¿Cierta frescura? ¿Será capaz de recuperarlo?

Es cierto que en los últimos meses, en pleno fragor de las negociaciones, los cuadros altos de C’s han crecido en visibilidad, en notoriedad, en publicidad, en experiencia… pero no lo es menos que el denominado ‘efecto Rivera’ ha probado en poco tiempo sus limitaciones. La sobreexposición mediática, más pronto que tarde, subida al trepidante ritmo que marca la Sociedad de la Información termina pasando factura.

24 mayo, 2016

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