En estos días hace justo un año, llegaba el cambio a España. Llegaba el fin de la corrupción, la casta y lo establecido. Hace un año aterrizó PODEMOS en la administración pública con todas sus marcas, Ganemos, Ahora, En comú, etc.

Hace un año llegaron con muchísimos buenos propósitos e ideas que, de momento, no se han cumplido: bajadas de sueldos o la no utilización de coches oficiales, sin ir más lejos. La realidad es que, a día de hoy, tanto en el ayuntamiento de la Barcelona de Colau, como en el Madrileño de Carmena, lejos de bajarse los sueldos, los han subido; lejos de dejar de utilizar los coches oficiales y continuar utilizando esas bicis o transporte público de aquellos primeros días, los utilizan para todo. ¿Dónde quedaron aquellas propuestas anticasta?

“No participaremos ni aceptaremos ir a los palcos VIP de los actos deportivos donde se junta la casta corrupta” gritaban por calles y plazas. Casualidades de la vida como dice el anuncio de Europa FM, Ada Colau, estandarte de la regeneración política, se encuentra en el palco de personalidades VIP de la copa del Rey; también Manuela Carmena, que compartirá asiento VIP junto a su nieto en la final de Champions gracias a la casta que tanto denunciaban. ¿Son acaso estas actitudes propias de la regeneración anticasta? ¿O es que han rifado esos palcos en una asamblea podemita y no nos hemos enterado?

Y es que, en vez de preocuparse por la verdadera política, aquí en Ahora Madrid una CONDENADA no dimite como portavoz ni concejala del ayuntamiento de Madrid, paralizan las importantes obras de remodelación del nudo norte de la capital, castigan a cientos de madrileños cada mañana y tarde de entrada y salida de la capital en hora punta con retenciones de tráfico insufribles… Una de las últimas medidas estrella es la creación de churrerías en los mercados madrileños, algo obviamente demandado por la ciudadanía para mejorar su calidad de vida; viendo los ceniceros que estas graciosas (por tener un tinte político agradable) están regalando, rotulado con 4 palabras y 3 faltas de ortografía, más que churrerías deberían regalar cuadernos Rubio y gestionar unas cuantas horas extra de algún profesor de Primaria.

Algo bueno sí han tenido estos doce meses: Podemos ha mostrado su verdadera cara: valoran positivamente la excarcelación de Otegi, lo llaman preso político, su recién hermanado Alberto Garzón (IU, el que lo acaba de poner en venta para que le quiten la deuda con el dinero de PODEMOS, que vayan ustedes a saber de dónde procede) afirma que Leopoldo López es un golpista y que por ello está bien encarcelado y que Otegi es un hombre de paz. Kichi en Cádiz afirma que “No está tan claro que Otegi matase a nadie, ¿no?”. Recién pasadas las primeras rondas de reuniones interpolíticas deciden cuáles deben ser los sillones y los ministerios que deben dirigir, y esto tengo que afirmar que es anticasta porque hasta la casta más arraigada no sale públicamente a exigir qué ministerios deben dirigir cada uno, sin hacer una propuesta, sin preocuparse por los ciudadanos, sino teniendo únicamente en el horizonte sus propios intereses.

También conviene recordar las carteras que querían dirigir: Interior, CNI, Defensa, etc. Ni una social, ni vivienda, ni sanidad ni nada, cualquiera diría que quieren controlar los poderes de información y cuerpos policiales. Vamos, como el chavismo.

Estos buenos ciudadanos defienden también a los condenados por llevar un artefacto explosivo a una manifestación para su utilización contra la policía, cierran filas a favor de un líder sindical que agrede a cargos públicos en Andalucía y, su máximo líder, Pablo Iglesias, afirma que se emociona cuando ve imágenes de gente agrediendo a policías en manifestaciones. Mientras tanto también siguen sin condenar a ETA, siguen sin denunciar la persecución del gobierno chavista a toda persona que sea critica con el régimen y sin reconocer el grave problema de derechos humanos que allí se está produciendo.

Estas cosas son las que se han votado y las que hemos empezado a conocer un año después del cambio: el fiel reflejo del chavismo en España en forma de radicalización del sector de la izquierda que continuamente criminaliza todo lo que no está dentro de su sectario argumentario.

Solo espero que la gente deje de lado el odio y la radicalización, y reflexione ante el 26J con objetividad, sosiego y moderación.