El giro que ha dado el ‘caso Kokorev’ desde la irrupción en escena el pasado verano de Ismael Gerli, el abogado panameño acusado de graves delitos contra la familia española de origen ruso, sigue saltando episódicamente a la prensa internacional.

Es ahora La Opinión de Panamá quien da cuenta de algunas primicias avanzadas por Madrid Code en una investigación periodística en curso. Así, este digital subraya los estragos que está produciendo el proceso contra Vladimir Kokorev, su mujer Julia y su hijo Igor, dadas las “evidencias a favor de la familia que obran en poder del juzgado”.

Fuentes cercanas a los Kokorev le han confirmado a ese medio lo que ya se ha probado con documentos oficiales desde estas páginas; a saber: “la demostrada actividad comercial de Vladimir Kokorev en África y concretamente en Guinea Ecuatorial”, lo que no justificaría “la prolongación de la prisión sin posibilidad de fianza”.

No sólo eso. La Opinión de Panamá, citando las mismas fuentes, subraya que las relaciones entre la familia y su ex abogado Gerli, en 2015, empeoraron. “Y esto se debió a que, como el propio Gerli reconoce en documento público, Vladimir Kokorev le prestó 150,000 dólares que no devolvió (…) el despacho de Gerli facturaba unos gastos no soportados por las facturas y no llegó a liquidar las cantidades que le fueron ingresadas para el pago de los impuestos de las sociedades de los Kokorev en Panamá”.

La fuente añade que cuando Vladimir decide romper sus relaciones con Gerli&Co, Ismael Gerli reacciona de forma violenta, “escribiendo decenas de correos electrónicos con insultos y amenazas a toda la familia, y exigiendo que se le paguen 300.000 dólares en concepto de ‘finiquito’”.  Al no obtener lo deseado, el letrado maquina y consuma su venganza viajando a España y declarando contra sus clientes ante la fiscalía de Las Palmas, acusándoles supuestamente de un delito de blanqueo de capitales, un caso en el que automáticamente se perfila como testigo principal.

Son las declaraciones de Gerli las que desencadenan la detención de padre, madre e hijo, momento a partir del cual este letrado perpetra una serie de actos presuntamente fraudulentos que le permiten apropiarse de todas las propiedades panameñas de sus ex clientes.

Gerli se enfrenta a 12 cargos por delitos como fraude, estafa agravada y falsificación de documentos, tras diversas querellas presentadas entre los meses de octubre y diciembre de 2015, delitos que -de acuerdo con la ley panameña- podrían ser penados con hasta 10 años de cárcel.