Es una brutal paradoja. El PP es el primer partido para los españoles pero su líder es el peor de los candidatos. Aún así ganará. No será por mayoría absoluta. Y ello deja un gran interrogante la misma noche del 26J: ¿exigirá Rivera la cabeza del presidente del gobierno en funciones?
Dependerá naturalmente de la fuerza de Ciudadanos: de si cosecha 25 escaños o 45. Pero, en caso de que sea una condición sine qua non. ¿Qué ocurriría? ¿Se marchará el gallego? ¿Quiénes le empujarán? ¿Quién sería investido o investida? Dos son los nombres que están en todos los mentideros: la apuesta conservadora, un parche, Soraya Sáenz de Santamaría; la apuesta progresista, estratégica, a futuro, Cristina Cifuentes. Pero hay más: el cántabro Revilla tiene la absoluta certeza de que sería la gallega Ana Pastor. (¡qué hombre!).
Lo cierto y verdad es que 2 de cada 3 votantes del PP aceptan que Rajoy se vaya a cambio de gobernar. Y si la pregunta se amplía al conjunto de votantes (de todos los partidos) entonces son 3 de cada 4 los que entienden que los populares deberían ceder si esa fuese la condición. Un papelón: para Rajoy, para el Partido Popular y para España. ¿Otro lío?
Deja un comentario