Los niños de Tudela de Duero, un pueblo de Valladolid, quieren ser toreros. Sí, sí, lo que leen. Quieren ser toreros desde hace unos días, gracias al apoyo de la Asociación de padres y madres del colegio La Milagrosa, que acogieron con tolerancia, apoyo e ilusión la iniciativa de uno de sus miembros, el picador Pedro Iturralde, de acercar la tauromaquia a los compañeros de sus hijos,  ciento setenta chavales de entre tres y doce años.

Hasta allí se desplazó el varilarguero con su caballo “Camarón”, a lomos del cual les enseñó, desde el mismísimo patio del colegio, lo que significa, y cómo se, ejecuta la suerte, además de mostrarles cómo se le viste al jaco. Junto a él, el novillero local Ricardo Maldonado –quien, por cierto, debuta el próximo domingo en Las Ventas-, y el banderillero Javier Gómez Pascual. Estos dos últimos les enseñaron lo que es un capote y una muleta, interpretando algunos lances que después los niños quisieron imitar.

Esa inolvidable mañana comenzó en el salón de actos. En el escenario se colocaron un vestido de luces, otro de picador –con su gregoriana y todo- y un traje campero. Allí se les explicó, con unos dibujos animados, las edades del toro bravo, lo que es la dehesa, el trabajo del mayoral y las distintas dependencias de una plaza de toros. Las caras de los niños eran el reflejo de quienes descubren un mundo lleno de secretos por explorar. ¡Imagínese qué deleite!

Y es que, lo que sucedió en ese colegio fue lo que tendría que pasar en todos los centros de esta España tan acomplejada gracias a muchos de sus políticos. Allí se demostró que la tauromaquia es una fuente llena de agua, de la que no debemos de privar a nadie. Que cada uno elija el camino. Pero que no nos nieguen el derecho de conocer algo que es tan nuestro, le pese a quien le pese. Por eso, tengan cuidado a quien votan en tres días. Algunos están dispuestos a quitarnos hasta el nombre.

@empenha

Periodista y Doctora en Filología