El ‘testigo clave’ que lleva a jueza y fiscal, concertadamente, a mantener en prisión a la familia Kokorev (acusada de ejercer presuntamente de testaferro de Teodoro Obiang) acumula contra sí doce querellas en Panamá por delitos como fraude, estafa agravada y falsificación de documentos, penados con hasta diez años de cárcel.
El Juzgado Tercero de lo Penal de Panamá tiene la última palabra para proceder contra Ismael Gerli. Ya es conocida en detalle la operación de presunta apropiación indebida de un apartamento en Trump Ocean Club (Panamá), por importe de 420.000 dólares a través de actas ficticias de la sociedad Rio Lora Holdings Corp, SA. Ahora, según ha podido conocer Madrid Code, se suma otra operación a través del uso de la Fundación de Interés Privado Palm River.
El 27 de agosto de 2012 se protocolizó el Acta Fundacional de Palm River, que adquirió la oficina 1801 de PH Torre Global, (hoy ocupada por el despacho de Gerli, ex abogado de los Kokorev). Pasados unos meses, Igor Kokorev –hijo de la familia, hoy en prisión en Las Palmas–, detecta que Gerli, de forma taimada, ha hecho constar en la escritura que el fundador de la sociedad no es ningún miembro de la familia Kokorev sino Hamilton Management Ltd, propiedad del propio Gerli, que asegura que esa decisión se debe a “un error involuntario” y rectifica el documento para consignar a Igor como fundador.
Pero la desconfianza entre letrado y clientes crece hasta hacerse definitiva en 2013 y 2014. La familia española de origen ruso detecta que el despacho de Gerli ha facturado, a lo largo de los años, unos gastos que no están justificados con soporte documental. Gerli lo admite e incluso despide a uno de sus empleados, Jorge Salcedo, culpándole de las irregularidades y prometiendo devolver el dinero extraviado, lo que nunca hará.
No sólo eso. Igor Kokorev descubre que en todas las sociedades familiares, en las que Gerli actúa como ‘agente residente’, no se ha hecho jamás la liquidación de impuestos pese a que Vladimir Kokorev ha proveído los correspondientes fondos. Aquí el abogado panameño no tiene respuesta para justificar su presunta actitud delictiva, que produce perjuicios y lesiona los intereses de sus clientes.
A raíz de estas irregularidades, a finales de 2014 Vladimir Kokorev rescinde los servicios de la firma Gerli&Co. Sin embargo, y por razón de su vieja amistad con el abogado, decide no reclamarle las cantidades adeudadas ni iniciar acciones legales contra la firma por el incumplimiento de sus obligaciones.
Es en enero de 2015 cuando Gerli se pone en contacto con Vladimir (alegando que está atravesando graves dificultades económicas), para solicitarle un préstamo de 300.000 dólares en base a su antigua amistad. Un mes después vuelve a pedir la misma cantidad, pero esta vez en concepto de “finiquito”. Es más, se permite otorgar a tal efecto un acta notarial, sin fecha y sin la firma de Vladimir, y en la que Gerli reconoce incluso que debe a Vladimir 150.000 dólares.
Tras la nula reacción de la familia a las demandas de Gerli, el abogado pone en marcha un mecanismo de apropiación de la oficina 1801 de PH Torre Global, propiedad de Palm River Foundation, o lo que es lo mismo, de Igor Kokorev. Para ello el 2 de julio de 2015 inscribe de manera fraudulenta una supuesta corrección de la escritura de 17 de diciembre de 2012. Vuelve a establecer que el fundador de Palm River no es Igor, sino Hamilton Management, Ltd, sociedad del propio Gerli.
Al día siguiente, 3 de julio, el investigado abogado promueve una sesión ficticia de Palm River Foundation para denominarse a sí mismo fundador en representación de su sociedad Hamilton. Así, procede a nombrar un nuevo consejo fundacional en el que excluye a Igor Kokorev. Pero hay más maniobras.
El 14 de septiembre, con Igor ya en prisión en Panamá, de nuevo Gerli actuando como el supuesto fundador de Palm River preside otra sesión de la sociedad, en la que decide cambiar su nombre por el de Alto Tafira Foundation.
¿Por qué esa nueva denominación que concuerda con el lugar geográfico de la prisión de Las Palmas “El Salto del Negro”? ¿Conoce Gerli de antemano las intenciones de la magistrada Ana Isabel de Vega, titular del juzgado nº5 de Las Palmas, que mantiene aún hoy encarcelados a los Kokorev? ¿Hasta dónde llega la ‘colaboración’ con la justicia española de Gerli, en las mismas fechas en las que el abogado está perpetrando presuntamente graves delitos contra la familia que terminaría recluida en las Canarias? ¿Por qué esa coincidencia de tesis entre el presunto estafador y la fiscalía anticorrupción?
El hecho cierto es que esta cadena de presuntas acciones delictivas perpetradas hace apenas un año no han sido óbice -al menos hasta hoy- para que la magistrada De Vega, en sintonía con el fiscal Luis del Río Montesdeoca, sigan sosteniendo al presunto estafador panameño en calidad de ‘testigo clave’ del ‘Caso Kokorev’.
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