Gastronomía, Madrid

Un pedazo de Italia en un presumido y señorial esquinazo de Madrid

Siempre está de moda. Temporada tras temporada. Y desde luego en cualquier época del año. La cocina italiana gusta. Sobre todo cuando se confunde el aroma y el sabor y las recetas más básicas de la tradición con un toque diferente, original, propio del chef: un “no sé qué”.

Es lo que tiene un esquinazo acogedor, junto a la Iglesia de los Jerónimos, entre el Museo del Prado y el Retiro, “Santarcangelo”. Seguramente se ha convertido ya en un clásico dentro de la oferta gastronómica tan competitiva de la capital. Y ése es su mérito: saber reinventarse lo justo y combinar, en esencia, un acogedor interior para otoño-invierno con una terraza de una serenidad que abruma cuando aprieta el calor. En un marco ciertamente señorial.

Ese espacio abierto se convierte en un remanso de paz muy propicio para disfrutar una carta bien trabajada, variada, a prueba de los paladares más sibaritas: el risotto alla marinara, el tomate con cremosa de nata, los tortellini de ricotta y pera… desde lo más conservador a lo más atrevido… siempre con la frescura y con la calidad que convierte a la materia prima, más allá de la técnica, en verdadera reina de la mesa.

“Trattoria Santarcangelo” es una apuesta segura. La restauración que sabe a lo que juega, que conoce al cliente, y que produce una perfecta triangulación en la que intervienen la cocina, el producto, el servicio y un local que se abre de par en par para hacer no sólo más llevadera sino de todo punto agradable una noche madrileña que ya huele a vacaciones.

26 junio, 2016

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