Con la llegada del siglo XX se produjo un cambio en el vestuario del hombre. Hasta entonces, la mayoría de la ropa del hombre se hacía a medida. No se concebía hasta entonces, que alguien pudiera entrar en un comercio con dinero y salir con su ropa dentro de una bolsa.
Nacía el pret a porter, donde las marcas tomaban el poder. El verdadero cambio se producía en la sastrería. El traje introdujo el ojal en la solapa izquierda, la abertura central, estructura más suave y hombreras sin relleno. Se sentaron las bases de lo que sería el estilo de los trajes durante las siguientes cinco décadas.
A partir de los años ochenta, los líderes en marcar tendencias y vanguardia en cuanto a traje son los italianos. Son únicos en estilo y tendencia. Lo que ellos se ponen, es moda en el resto de Europa, y casi, diría del mundo.
Elegir entre un traje casual o de negocios dependerá de tu profesión y el evento al que acudas. Un traje de negocios puede ser usado día a día si trabajas en una profesión que requiera una vestimenta formal.
Para un traje de negocios, debes elegir colores oscuros como azul marino, gris o marengo. Las camisas de vestir que se usan con un traje de negocio suelen ser blancas o celeste, y completar el outfit con una corbata de seda. El traje debe estar bien planchado y no tener manchas. Los zapatos limpios y brillantes.
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