Es el hombre impasible, un auténtico resistente. El héroe y vencedor de todas en cuantas guerras de desgaste se embarca. Puede con sus rivales. Andando rápido, sin estridencias ni sobreesfuerzos ni cambios de ritmo. Es el Induráin de la política. Mariano Rajoy, en estado puro.

Hasta tal punto que pasan los días y su abrumadora victoria el 26J está empequeñeciendo aún más a sus rivales. Sánchez está desaparecido. ¿Qué significa? ¿Ha tirado la toalla? ¿Terminará antes o después tolerando que el político de  Pontevedra renueve en La Moncloa? ¿Se está deshaciendo como un azucarillo en el café caliente su NO rotundo a la investidura? ¿Qué traducción tiene la fortísima presión que esta semana han llevado a cabo Díaz, García Page y Fernández Vara?

Pero no sólo eso, el presidente en funciones la ha montado en Ciudadanos. A Rivera ya se le han levantado los fundadores del partido pidiéndole que eche atrás su veto. Pero es que internamente son numerosas las voces que se decantan -incluso- por un acuerdo más o menos estructural, programático, con el PP en el gobierno y los naranjitos como aliados fundamentales.

Gustará más o menos, tendrá mejor o peor valoración en la calle, su estilo de liderar será cuestionado o directamente vapuleado… pero, como dice alguno de sus colaboradores más cercanos, “Rajoy es el único que sabe de qué va esto y terminará gobernando”.