Mientras los españoles Vladimir Kokorev y Julia Maleeva, junto a su hijo Igor permanecen ya casi un año en prisión preventiva en Las Palmas, afloran nuevos casos de presunta estafa y otros graves delitos presuntamente perpetrados por el antiguo abogado de la familia, Ismael Gerli. Se trata del hombre clave que de un tiempo a esta parte ha llevado a la magistrada titular del Juzgado de Instrucción nº 5, Ana Isabel de Vega Serrano, apoyada por el fiscal Luis del Río Montesdeoca, a mantener la causa secreta y a los supuestos testaferros de Obiang en España encarcelados.

Como ya adelantó Madrid Code, Gerli gestionó la adquisición de varios bienes inmuebles para la familia Kokorev. En su momento trascendieron los pormenores de la operación relativa al apartamento de Trump Ocean Club en Panamá, inscrito a nombre de la sociedad Río Lora Holdings Corp SA. Al tiempo, ocurrió lo propio con los detalles que afectaron a la operación de Palm River Foundation en la adquisición de una oficina en PH Torre Global. En ambos casos, los indicios sobre los presuntos delitos de apropiación indebida (y otros) que llevó a cabo Gerli son muchos, sólidos y ahora (además de obrar en poder del tribunal) son de dominio público.

Pero las citadas no son las únicas estafas que hoy son investigadas al abogado panameño en su país. El 14 de agosto de 2012, se protocoliza ante notario el acta fundacional de Coco River Foundation. Al acto comparece Jorge Salcedo, en representación de Hamilton Management Ltd, sociedad apoderada de Coco River. En la escritura se inscribe, “por error”, a la sociedad Hamilton como fundador de Coco River, en lugar del matrimonio Kokorev, los verdaderos y únicos promotores. El Consejo Fundacional lo forman Vladimir Kokorev, como presidente; Julia Kokoreva, como secretaria; Ismael Gerli, como tesorero, y el despacho Gerli & Co como el agente residente.

Pero el error es del todo voluntario. Pasados unos meses, Igor Kokorev detecta que Gerli ha puesto en la escritura del acta fundacional de Palm River Foundation que los creadores de la sociedad no son los miembros de la familia Kokorev sino Hamilton Management Ltd, casualmente la misma empresa que en el caso de Coco River Foundation. Ya en esas fechas, cobra fuerza la idea de que “el supuesto error” está enmarcado en una estrategia de presunta estafa que pone en marcha Gerli en 2012.

El 28 de noviembre de ese año, Julia Maleeva hace una transferencia de 390.000 dólares desde su cuenta corriente de su agencia del BBVA en Madrid a la sociedad Persuit Marine SA, propiedad de Ismael Gerli, para la compra del apartamento Nº 36-B de la Torre 100 de PH Mystic Point Powers, ubicado en Punta Pacífica, registrándose la compra a nombre de Coco River Foundation, cuyos dueños son el matrimonio Kokorev. La operación se escriturará cuando los 390.000 dólares ya están en poder de Gerli.

El “error involuntario” detectado por Igor Kokorev de inscribir como fundador a Hamilton Management Ltd, en lugar del matrimonio Kokorev, será subsanado de nuevo ante notario. Pero a partir de 2015 Gerli va a poner en marcha la maquinaria para quedarse con el apartamento 36-B de la Torre 100. Para ello utilizará una notaría panameña sin competencias para rectificar la escritura y a testigos instrumentales, todos de la órbita empresarial del abogado panameño.

El 25 de mayo de 2015, ante notario, Ismael Gerli renuncia al cargo de agente residente y tesorero de Coco River. Un mes después, el 30 de junio, la abogada Elena Jurado, representante legal de la fundación, protocolizará la resolución del matrimonio Kokorev donde se reforman varios artículos dejando patente que los fundadores son Vladimir Kokorev y Julia Maleeva. Los cargos quedarán de la siguiente manera: Vladimir como presidente, Julia como secretaria e Igor como tesorero, mientras que el agente residente será el despacho Jurado Attorneys & Consultants.

Lo que sucederá en pocos meses es inaudito. El 1 de septiembre aparecerá Gerli por la notaría para corregir la escritura de 5 de diciembre de 2012 y así hacer aparecer de nuevo como fundador a la sociedad del presunto estafador, Hamilton Management Ltd, otra vez usando testigos instrumentales de su entorno. No es todo: al día siguiente se nombra un nuevo consejo fundacional en el que aparece Gerli como presidente. Y aún más: el 7 de septiembre cambiará el agente residente con la intención presunta de hacer múltiples modificaciones futuras para estafar, engañar y apoderarse de los bienes del patrimonio de la Fundación, pasando a ser su propio bufete, Gerli & Co.

El despacho de abogados de los Kokorev (la firma Jurado Attorneys & Consultants) reaccionará. Conocedor de todas las actitudes presuntamente delictivas de Gerli, presentarán una denuncia advirtiendo de la ilegalidad en la corrección de escrituras, lo que llevará al Registro Público a suspender ese trámite.

No es casual, no obstante, que se detecte una presunta actividad delictiva de Ismael Gerli utilizando en el ‘caso Coco River’ a un hombre de su confianza: Ricardo Vázquez. Ya en 2002 ambos se verían implicados en el caso del helicóptero que con dinero público usaba y disfrutaba el ex presidente de Nicaragua Arnoldo Alemán.

En aquella ocasión, durante año y medio los nicaragüenses habían visto a su presidente surcar los cielos en un helicóptero rojo con franjas doradas, y hasta trascendió que Alemán había ordenado construir un helipuerto en su finca con fondos del Estado. Aquella aeronave había sido registrada a nombre de Sena SA, sociedad cuyo copropietario era Ricardo Vázquez y cuyo agente residente volvía a ser… Ismael Gerli, instituido desde hace un año por la justicia de Las Palmas en pieza clave para desenmarañar el caso Kokorev.