Madrid, Opinión

Sí.. pero no… pero sí… la yenka de los perdedores

Era harto-conocido (y lo es) que a Sánchez, Iglesias y Rivera, Mariano Rajoy no les gustaba ni en pintura. Pero del 26J a esta parte no sólo la figura del gallego se ha robustecido (empujado por el aval de los españoles) sino que ha llevado a fase menguante la de sus derrotados contrincantes.

Así, si era difícilmente explicable el veto al ciudadano de Pontevedra antes de la cita con las urnas, el “sostenella y no enmendalla” de los perdedores hace que la posición de los tres adquiera tintes de ciencia política ficción. Es decir, el uno, el otro y el de más allá persisten empecinadamente en su garrafal error, quién sabe si por orgullo, o por mantener la apariencia, o por simples y llanas razones de poder. Es, en efecto, un empecinamiento errático; o un errático empecinamiento.

Debe de ser muy doloroso que un líder que tiene una valoración muy baja de los españoles, que adolece seguramente de falta de agallas, que no es un dechado de coraje, que ha permanecido en un segundo plano (incluso escondido) en momentos decisivos para la sociedad… debe de escocer mucho que te dé un revolcón electoral, que crezca en legitimidad para formar gobierno y que tu única salida (absolutamente inasumible para el pueblo) es que se vaya a unos terceros, patéticos y ridículos comicios.

El país debe seguir su curso. El poder ejecutivo debe conformarse a la mayor brevedad. Por puro interés nacional y general. Se siente por quienes llevan días bailando la yenka, pero la democracia no es un sistema perfecto (¡por eso hasta el PP puede ganar elecciones!). Solamente es el peor de todos los sistemas… exceptuando todos los demás.

 

10 julio, 2016

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