Madrid, Opinión

El ala y la garra de Portugal (sin CR7) conducen a la gloria

Llegó a su fin uno de los acontecimientos futbolísticos más importantes, la Eurocopa. Con Portugal imponiéndose a Francia en un partido vibrante y muy disputado que olía a penaltis.

Una Eurocopa atípica, diferente, donde hemos visto que selecciones importantes (España, Inglaterra) han caído a las primeras de cambio, conllevando a un fin de ciclo en ambos banquillos. Por contra, hemos visto selecciones con un síntoma emergente tanto en su fútbol como en sus futbolistas, el caso de Croacia, Gales o Islandia. Este último que sin hacer un fútbol brillante, pero con un objetivo claro, consiguió crear un estado emocional dentro y fuera de su país. También Italia ha evolucionado, buscando el jugar, con más dinamismo y más pases, e iniciando una buena salida de balón desde atrás.

Entrando en materia más táctica, esta Eurocopa no se ha caracterizado por ser de las mejores, ha predominado más el pase, que el regate, el saber competir y adaptarse a una competición corta donde los resultados, o el no perder, han sido un factor importante.

Pongamos como ejemplo a Portugal, con su estrella CR7 a la cabeza (una pena la lesión que le obligó a ser sustituido). Teniendo resultados muy justos o con muchos empates, llegó hasta la final para imponerse. La otra finalista, Francia, es la otra cara. Fue de menos a más buscando un fútbol más directo con contras mucho más letales, con un Griezmann soberbio haciendo olvidar a Benzema, y con un jugador emergente como Payet.

Y es que en esta Eurocopa hemos visto que la lógica en el fútbol a veces no existe. Si queremos entender el fútbol, en ocasiones podremos volveremos locos, ya que él no nos quiere dar explicaciones. Ésa es parte de la grandeza de este deporte.

@cerveravicente3

11 julio, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *