Madrid, Opinión

La proactividad de Rivera y el retrato de Pedro Sánchez Gray

La posibilidad de una investidura gracias a la actitud de Albert Rivera es un golpe de efecto importante para el país. Ciudadanos ha dejado de ser responsable de la situación de bloqueo institucional y ha abierto sin complejos la puerta para una negociación condicionada a seis medidas perfectamente asumibles por cualquier partido con sentido de Estado. Seguir pidiendo la cabeza de Rajoy era un suicidio para este nuevo partido porque ya se sabe que el Presidente,mientras siga viviendo en Moncloa, no tiene prisa alguna en contratar a una empresa de mudanzas y estaba dispuesto a repetir unas terceras elecciones si fuese necesario.

De EEUU nos han llegado multitud de libros y cursos sobre desarrollo personal, liderazgo, motivación empresarial e incluso autoayuda que muchos “culturetas” europeos miran de reojo con un aire de superioridad y con una pose de desprecio como si ellos estuviesen dispuestos a sacrificar su vida conforme a los patrones de bohemios del siglo XIX como Rimbaud y tantos otros que forjaron una idea de la cultura como un estado superior al resto de los mortales y por la que merecía la pena el sacrificio y la renuncia a los bienes terrenales.

Es opinión generalizada del viejo mundo que el yanqui es un nuevo rico que no sabe nada de la verdadera cultura, pero tras una conferencia de mi admirado Vicente Verdú, me di cuenta del error que cometemos despreciando el pragmatismo de la cultura del desarrollo personal. Poco a poco Europa se está convirtiendo en un gran museo histórico y antropológico donde la hostelería y el turismo se convierten en las actividades económicas por excelencia, mientras China, India, e incluso Africacuentan con una población joven que pese al subdesarrollo y corrupción, va acaparando los sectores más importantes de la macroeconomía.

Ser proactivo es tomar la iniciativa, y pensar que si realmente se quiere mejorar una situación, en vez de dedicarse a criticar a los demás (negatividad que paraliza) hay que trabajar sobre lo único que se tiene control: sobre uno mismo. En este caso aplicamos el ejemplo a un partido joven con una ejecutiva donde la media de edad anda por debajo de los cuarenta años, y que ha dado pasos tanto en la pasada legislatura como en la actual, para intentar formar un Gobierno.

Cuando los partidos dejan de ser responsables, como le está pasando al PSOE con esa posición inmovilista del no o con la falta de regeneración jerárquica del PP, con personajes como Javier Arenas o el mismo Rajoy que llevan ya más de 30 años en política, deberían pagarlo caro en las urnas, pero parece que en la piel de toro, y por culpa de una guerra civil que no se ha olvidado de la memoria colectiva, esto no ocurre. Es por eso que parece un milagro que se den pasos proactivos como el que se ha dado esta semana por C´s, ya que seguir para bingo en un bucle colectivo sólo beneficia al populismo y al nacionalismo.

Afortunadamente Ciudadanos ha dado un primer paso que debería acabar bien. El PP ha contestado que le den 15 días (de vacaciones) para reunir a su ejecutiva y Pedro Sánchez posee tal admiración por su persona, que parece no desear otra cosa que conservarse eternamente ante su ejecutiva tal y como aparecía de guapo en el cuadro inventado por Oscar Wilde para el personaje de Dorian Gray. Sin embargo, a medida que van pasando los días, ese cuadro va reflejando más en su rostro las arrugas y los efectos de una decrepitud política que puede dejar muy dañada la imagen de un partido necesario como el PSOE.

15 agosto, 2016

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