Dicen que es un dulce navideño típico de Andalucía pero también de otras regiones de España. Dicen que es similar al polvorón y al mantecado, pero con una serie de capas de hojaldre por dentro que le dan una textura distinta. Dicen que se elabora a base de harina de trigo, grasa de cerdo, azúcar y vino.

La realidad, sin ambages, sin trampa ni cartón, es que hojaldrina (úsese el singular) sólo hay una: la de Productos Mata. Es la patente, la fórmula de la coca-cola, la original, lejos de imitaciones o sucedáneos, de ensayos más o menos aproximativos que terminan siendo detectados por un consumidor o comensal más o menos entrenado.

Precisamente por eso, porque los creadores de la patente se han puesto el listón tan alto, década tras década, campaña tras campaña, Navidad tras Navidad, en Alcaudete (en el corazón de Jaén) la maquinaria no sólo está perfectamente engrasada sino en marcha para la producción y distribución de esa maravilla gastronómica que en numerosos rincones del mundo se degusta mucho más allá de nuestras cristianas fiestas.

Es, el de estos días, un trabajo callado pero eficaz, metódico, con los engranajes funcionando a pleno pulmón para llenar (antes de lo que podemos imaginar) las estanterías y las mesas de nuestros hogares de alegría, de sabor y de color. Las cosas bien hechas se ven desde largas distancias.