Madrid, Opinión

Señor Sánchez: váyase

No es ya una cuestión ética, señor Sánchez, que eso se lo dicen claro sus colegas de partido. Es ya cuestión estética. Se ha puesto usted feo de mentiroso, triste de soledad, infartado de amiguetes traidores, agachadizo de fracasos, hostiazos y cosas, chafado de contradicciones, torpón de remos, enfermo de egolatría, monótono y monocorde. Entre las manos se le deshace el espectro de la rosa, como a una bailarina que ya no encuentra la postura en el escenario.

Es por ética/estética, señor Sánchez, es por política poética, como ya nos advirtiera Juan Ramón Jiménez, es porque está usted impresentable, y ya da igual que Susana y Cia le mandaran abrirse, mientras un rosario de imputados por los ERE hacían la ruta del papel timbrado, o sea los juzgados. Gracias a su incapacidad, señor Sánchez, Javier Fernández, Presidente de la Gestora del PSOE, tiene que cachear a sus hombres de confianza porque está inmerso en “la cultura de la queja”.

Aquí todo dios se queja de algo, mayormente del paro, el subsidio, la corrupción, el bajonazo de Hacienda y, por supuesto del tiempo que usted, señor Sánchez, ha hecho perder a España y a los españoles. Que no es por nada, señor Sánchez, que es la imagen, o sea la figura, la compostura, el apresto, eso que a usted se le suponía y que no tiene, que lleva el alma desplanchada por dentro.

A la inmensa mayoría de los socialistas les da ya lo mismo, figúrese, que sea usted don Corleone o Caperucita encarnada. Han llegado a tal hastío, cansancio de usted y su egolatría enfermiza, que ya no tienen fe ni en Medinaceli. La inmensa mayoría de los suyos le han perdido la cosa que le tenían. Solo tienen claro que usted, oiga, ya no puede arreglar esto, ha mentido demasiado y le ha perdido su ansia de poder. Llegó a la secretaría general con el apoyo de unas federaciones, especialmente la andaluza, y eso se quebró al poco tiempo. No buscó apoyos y otras mayorías, y con las grietas abiertas, llegaron los malos resultados electorales, y todavía sangran las heridas. Usted, señor Sánchez, fue más letal para su partido que Almunia, Rubalcaba y Zapatero juntos. Usted resultó ser más dañino que una nube de piedra. Lo mejor es que se largue a otras vacaciones, a las que ha demostrado ser tan aficionado, mientras el español medio busca que echar al puchero cada día.

Le pesan a usted, señor Sánchez, sus pésimos resultados electorales y toda la barrila pseudo-sociata que nos ha dado, tanto barrenar para parar en esto. Váyase, pero no se crea imprescindible. Aquí lo único imprescindible es España.

@marisaarcas

28 octubre, 2016

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