Tras la vuelta de las vacaciones de Semana Santa el gobierno se tendrá que poner de nuevo manos a la obra para la negociación de los Presupuestos, aunque el propio gobierno ha reconocido lo que algunos venimos diciendo desde hace bastante tiempo: la piedra más dura será negociar los Presupuestos para 2018. Esos son los importantes. Para empezar porque medio año ha transcurrido ya, y en el 2018 los gastos van a ser todos discrecionales.  Mientras que ahora el gobierno ha estado en buena medida atado por la inercia que veía del año pasado.

A mí me hace gracia este asunto de hablar de los gastos sociales, como si hubiera algún gasto que no fuera social ¿ Una autopista no es social? Se refieren a la redistribución directa del ingreso y me preocupa este énfasis sobre la recaudación y nunca sobre el gasto.

Tenemos un problema de deuda tan acuciante, que cada vez que alguien entendido en la materia mira la deuda española a medio y largo plazo, se horroriza de la perspectiva de deuda que tenemos,  en un contexto además de tipos de interés al alza.  Y sin embargo no se mira el gasto.  Es como si el futuro fuera otra vez todo de verdes praderas. No hay nadie que salga y diga: no se preocupen, en el 2018 el gasto público va a bajar un 15%. Al revés, salen a decir que vamos a gastar más.

Estos Presupuestos no me parecen suficientes. Obviamente es preferible tener unos Presupuestos a no tenerlos. Y dado que habíamos ampliado los Presupuestos de 2016, pues gran parte del gasto estaba comprometido y lo que hace el gobierno dada su situación parlamentaria es un guiño y hacer un incremento de gasto -sin contar la parte financiera- del 2,5%, que no deja de ser un Presupuesto expansivo, cosa que no creo necesaria.

La realidad que tenemos es que quienes han hecho verdaderos ajustes en este país han sido las empresas, las familias, los consumidores, los ahorradores, los inversores… pero no el Estado.  Y además una de las partes que está contribuyendo de forma más importante a esos déficits e incrementos de deuda ( en estos días salían datos al respecto) son las Comunidades Autónomas.

Las Comunidades Autónomas se pueden quejar de que hayan bajado las partidas presupuestarias de inversión, pero no sus partidas presupuestarias, no los dineros que les llegan a ellos. Ellos sabrán lo que hacen con esos dineros.  Otra cosa es que el gasto del Estado baje. Porque aún aumentando un 2,5% como lo que tiene que vender es que ha mejorado el gasto social,  de algún sitio tiene que haber reajustes o algún recorte que no es recorte neto. El Presupuesto como digo aumenta.

Como además en este juego parlamentario fundamentalmente las Comunidades que mejor van a salir paradas son Canarias y Euskadi -por motivos obvios- pues habrá otras Comunidades que se quejen.  Pero no es cierto que tengamos una situación cómoda y fácil por razón de que el Estado esté bajando la cantidad de dineros que van a las Comunidades Autónomas, no es verdad.

Las Comunidades Autónomas están suponiendo unos gastos muy importantes y unos incrementos de deuda pública en términos estatales brutales. Que no se olvide que a las Comunidades Autónomas el conjunto del Estado les ha tenido que aportar dinero por sus malas praxis ( no a todas por igual) respecto a los pagos de proveedores y la morosidad que tenían con respecto a los pagos y compromisos que tenían de cobro. Y porque además no encontraban ningún tipo de financiación fuera.  Esto es dinero y deberían tenerlo en cuenta las Comunidades Autónomas cuando se quejan.

No lo van a hacer, porque el cometido de cualquier Presidente Autonómico es salir reelegido y para eso lo que tiene que hacer es gastar más. Esa es la mentalidad mayoritaria aún. Y la composición de nuestro Parlamento se presta a que el gasto público suba aún más de lo que pensamos ahora y eso es preocupante. Como también lo es la idea de que es positivo tener un gobierno sin mayoría absoluta. La debilidad del actual gobierno provoca que se tengan que hacer este tipo de guiños respecto al gasto. Un gobierno en mayoría podría poner encima de la mesa reformas que este país necesita y mirar con seriedad y de verdad al futuro.

Álvaro Lodares (Economista)

 @lodares