Opinión

¿Alguien dudaba del patriotismo mayoritario del pueblo español?

Escribo estas lineas pocas horas antes de que el  líder rebelde, traidor y sedicioso, Puigdemon, más que presunto probable o posiblemente consume su rosario de delitos no se sabe bien si declarando/proclamando o qué demonios la independencia de la república de Cataluña en la sesión del Parlament, prevista para el martes 10 de octubre y también declarada ilegal por el Tribunal Constitucional. A estos ya no les importa nada lo que diga este o aquel tribunal, pasándose  todas sus decisiones por el «arco del Triunfo» de su desobediencia y rebelión, pero si les va a importar, y mucho, EL MILLÓN QUE FALTABA.

Ese millón de personas, disminuido por una Guardia Urbana tan culpable de complicidad con el independentismo como los Mossos de Trapero a 350 000, mostrando para demostrar su falsedad imágenes precisamente de una Diada anterior, en la que los que magnificaban las cifras muy por encima de la asistencia real eran precisamente ellos; ese millón de españoles de primera que han sido capaces de reunirse el domingo 8 de octubre por todas las calles de Barcelona para recordar su militancia en el conjunto indivisible del «visca España» y «visca Catalunya». Sin mostrar odio contra los que piensan en separatista o se sienten tales sino gritando por la unidad en la España común de todos, piensen  como piensen y sientan como sientan.

Ese millón significativo de que la calle, allí donde triunfan o fracasan las revoluciones no es sólo, ni mayoritariamente siquiera (como pretende el «si» de la farsa plebiscitaria del domingo 1-O) propiedad de los independentistas de Puigdemon, Forcadell, Junqueras  y su pandilla. Ya era hora y bendita sea la Plataforma de Sociedad Civil Catalana por haberla convocado y, aunque sea un tanto tardíamente, ha tenido un éxito que quizá ni soñaban los convocantes, poniendo de manifiesto el patriotismo mayoritario del pueblo español y catalán que sólo necesitaba ese «salid a la calle para defender la sagrada e indivisible unidad de España» que el PP no ha sabido gritar ni organizar ni convocar desde que viene teniendo lugar esta prolongadísima rebelión, que comenzó, por sorpresa y totalmente manipulada desde las instituciones autonómicas en la Diada del 2011.

Millón versus millón es bastante más eficaz que Govern y Parlament versus Gobierno, Congreso y Senado del Estado. Esta última confrontación la venían teniendo ganada los primeros precisamente por el apoyo que siempre ponían en la calle de «su» millón. Así la batalla de la calle ha sido cuando menos empatada y es de suponer que, desde el brillo patriótico de «nuestro millón», Rajoy y su ambiguo y «democrático» entorno sepan hacer frente a la traición consumada -si es que se deciden los Puigdemon y compañía a declarar/proclamar la independencia unilateral- con todos los medios y fuerza que haga falta, poniendo en prisión, como gritaba masivamente ese «nuestro millón», a los dirigentes de la rebelión/sedición/traición.

¡Viva el millón de patriotas que ha sabido molestarse para defender con su presencia y patriótico vocerío nada menos que a la Patria de todos!  Benditos sean por haber sabido dar la lección de su eficacia a la «excesiva prudencia democrática» de Rajoy y compañía.

Manuel Monzón, que también estuvo allí como uno más.

9 octubre, 2017

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