“Una mujer por descubrir. Una pasión política por hacer. No por ambición, sino por unasonrisa que el destino comienza a dibujar en el brillo de su mirada cuando la muerte la llama súbitamente hasta en tres ocasiones, y en otras tantas saca fuerzas para luchar y prevalecer. Una superviviente”. Así presenta Alfonso Merlos su último libro, que es la primera biografía de Cristina Cifuentes. Un relato apasionante, con testimonios exclusivos, que ve la luz de la mano de La Esfera de los Libros y en el que se sientan las bases sobre lo que podría o debería ser la refundación inminente del Partido Popular.

¿Por qué ahora un libro sobre Cristina Cifuentes?

Era sin duda un personaje de primer nivel por explorar. En lo personal y, esencialmente, en lo político. Ha pasado de ser un valor emergente en el PP a un valor absolutamente consolidado, fiable, incluso imitado. Ha marcado en pocos años una pauta y un camino interesante, atractivo, diferente. El resultado es una biografía bonita, con compases amables (como ella) y otros que invitan claramente a la polémica encendida y a la discusión agria.

¿Podemos hablar de una “biografía autorizada”?

En absoluto. El día que entregué el manuscrito a La Esfera de los Libros ni Cristina ni ninguna persona de su equipo había leído una sola línea. Hace algo más de un año la informé de que me ponía manos a la obra; por una cuestión de cortesía y porque iba a hablar con muchos políticos de su entorno. No ha hecho una sola injerencia. Su contribución -de la que estoy muy agradecido- se limita a haber cedido unas fotos de infancia y juventud de su álbum familiar, que por cierto son preciosas.

Una mujer “sin ataduras”… ¿por qué?

Cristina es una persona muy fuerte. Quizá no lo aparenta. Y quizá un hombre no habría resistido como lo ha hecho ella. Ha sufrido mucho. En lo personal por razones obvias. En el libro se relatan momentos estremecedores, desgarradores, muy privados, que tienen que ver con el accidente tras el que hasta en tres ocasiones se la dio por muerta. Ésa es la verdad. Y en lo político, nada es fácil cuando hay quienes consideran que eres la chica que se ha colado en la fiesta a última hora y se ha comido la tarta. La política es muy cruel. Y con ella lo han sido. Pero la lección es que ha conseguido prevalecer. Tiene pocas servidumbres, pocas ataduras.

¿Qué otro título habría tenido la biografía? ¿Hubo alguna alternativa?

Claramente, “la superviviente”, porque rotundamente lo es. Es una persona que ha sabido poner en cierta forma, y con elegancia y aplomo, al mal tiempo buena cara. Y en su periplo hay momentos de auténtica tempestad.

 ¿Es Cristina Cifuentes como parece que es?

Sin matices diría que sí. Cuando un político consigue cultivar una imagen de éxito, de amabilidad, de cercanía, de respeto, puede dar la sensación de que en el fondo hay una operación de marketing calculada, minuciosa, diaria. En el caso de Cristina, hay poca materia prima que moldear porque esa materia prima es buena y, valga la expresión, da mucho juego. Es la sencillez, las ideas claras y el planteamiento de que “para resolver problemas pequeños es un error crear problemas más grandes”

¿Representa la biografiada a un PP nuevo frente al PP viejo? Usando un juego de palabras: ¿se ha partido el partido?

Periodísticamente es una imagen muy socorrida. Primero, hay un error en pensar que los viejos son los de cincuenta y los jóvenes los de treinta. En las NNGG hay promesas de la política con una mentalidad absolutamente viejuna y carca. Y al contrario, en el PP hay dirigentes que hace ya bastantes años que empezaron en esto (y es el caso de Cristina) que tienen una vitalidad y una frescura arrolladoras en sus planteamientos, una forma de encarar el debate diario que es encomiable. El PP no está partido. Pero hay una corriente doble, si queremos verlo así: quienes están muy celosos de preservar el más reciente pasado, y al lado (no enfrente) quienes entienden que al partido hay que darle la vuelta, poco a poco, pero como a un calcetín.

¿Es CC un verso suelto en el PP?

No lo creo. Es una pata negra del PP. Meses después de que los españoles aprobaran la Constitución ya militaba en Alianza Popular. Procede de una familia tradicional, más bien conservadora, de padre General de Artillería… Lo que es cierto es que dentro del partido siempre ha tenido una visión crítica, reflexiva, una gran apertura de miras… y se la ha dado su carácter abierto a la sociedad y su inquietud por atender las nuevas corrientes sociales, las ocupaciones y preocupaciones de los jóvenes, los cambios en la propia estructura social. Tiene un poder de conexión abrumador con los menores de cuarenta. Y eso, en el centro derecha, es casi un milagro.

¿Cuál es el papel de Cristina Cifuentes en el futuro del PP?

El que decidan los militantes. Y mi impresión es que, si ella se pone a disposición del partido, será muy destacado. Han pasado los tiempos en los que el partido se dividía rotundamente en cúpula y base. O se da la palabra, o se hace partícipe a todos y cada uno de los individuos que tiene carné del PP de la decisión de elegir a un líder y a una dirección, o el partido comenzará una lenta agonía y una frustrante degeneración.

¿Cuáles son sus personas de confianza? Poco se sabe de ellas…

Alrededor de Cristina yo no hablaría de personas con más poder sino que más la han influido o han influido en que ella sea lo que es. Sin duda, el consejero de Presidencia Ángel Garrido es la horma de su zapato. Tienen unos planteamientos políticos, de forma y fondo, muy similares. Es su báculo, es un auténtico contrafuerte, tiene una gran experiencia y un gran conocimiento del partido. Y una gran categoría humana, por cierto. Es esencial. Su proyección no se entiende por otra parte sin el trabajo callado de Marisa González. Ella ejerce una verdadera dirección de comunicación estratégica, a todos los niveles: esto a veces está más cerca del nivel de gestión política y otras del nivel de marketing político. La sintonía personal es bárbara. Y cada día más reconozco la tarea de gran inteligencia, muy de hormiguita si se permite la expresión, de Isabel Díaz Ayuso. Una diputada con gran sensibilidad en el campo de la comunicación, que ha pulsado el sentir de las más jóvenes generaciones y que ha sabido tocar las teclas adecuadas para atraerlas al proyecto de Cristina y contribuir desde un segundo plano a su meteórico ascenso.

En el libro hay una crítica durísima a la política de comunicación del PP…

No es una opinión personal, es la que emana de sus propios dirigentes. Se han equivocado. Clamorosamente. Se lo han puesto fácil al adversario y lo han pagado. No ha existido una estrategia porque Rajoy no cree en la comunicación y eso explica las decisiones de su equipo, que fueron corregidas tarde con la llegada de los nuevos vicesecretarios. La incomparecencia, el perfil bajo o timorato, el victimismo, la ausencia de un relato, la pereza, a veces la altivez, el desprecio a los medios de comunicación (en una sociedad interconectada al minuto) significa hoy el desprecio a los ciudadanos. Es un error descomunal. Cristina, en su ámbito, ha dado la batalla y la cara, en los escenarios más cómodos y en los más adversos. Tiene cintura. Eso se traduce en respeto y en interés que se ha ganado a pulso. Hoy es un disparate pensar que la buena política se hace simplemente con horas de despacho.

¿Cómo definirías el estilo de liderar de CC?

Un estilo moderno y adaptado a los tiempos. Que recupera lo mejor de la vieja política, como los principios sólidos, lo previsible, ciertos formalismos… y que va a la busca de lo mejor de la nueva política, como la transparencia, la rendición de cuentas, la comunicación horizontal, la responsabilidad social, la reputación… es una magnífica exponente de lo que significa hoy la aplicación a la política y en el espacio público del soft power.