Indudablemente lo sucedido con Albert Rivera diciendo que no ha existido nunca un veto a Rajoy tiene una parte positiva y reside en la posibilidad de que lleguen a buen puerto las negociaciones entre el PP de Rajoy, antes de Soraya, y Ciudadanos de Albert, antes de UPyD.

Bien es cierto que carecería de sentido común si apoyamos que Albert Rivera diera un voto positivo al PP sin ningún tipo de reformas, por eso pido que Ciudadanos entre en el Gobierno de España para regenerar la política, no como hace Aguado en la Comunidad de Madrid, sino manchándose las manos con barro.

No obstante, no puedo perder de vista que la realidad impera y que sin el PSOE los números no cuadran. Por eso Ciudadanos tiene que estar en el Gobierno para que el Partido Socialista apoye por la “mínima abstención” ese pacto nacional y que esté presente en las reformas que necesita España y que requieren dos tercios de los diputados.

Razón de más para pedirle a Rivera que se moje en el mar azul y que pida Interior, Justicia y Educación. Interior para limpiar las cloacas y depurar responsabilidades. Justicia para despolitizarla y que todos los ciudadanos seamos iguales ante la ley y Educación, para llevar a cabo la gran reforma educativa y que dejemos de ser uno de los peores sistemas de Europa.

Ahora bien, si Rivera no acepta el encargo que le han hecho más de tres millones de españoles, entre los que me incluyo, Ciudadanos correrá la misma suerte que Unión Progreso y Democracia. Es una pena que un partido limpio, joven, algo liberal  y con ganas de hacer políticas para todos los españoles acabe así. Por lo tanto, Albert Rivera no puede permitirse ni prisas, ni pausas.