Madrid, Opinión

¿Ministerio de consolación?

Se entiende por premio, según el diccionario, el galardón, recompensa o remuneración que se otorga por algún merito o servicio y vulgarmente se utiliza la expresión «premio de consolacion» la recompensa que se concede a alguien que no merece, por decirlo asi, un premio de verdad. Algun personajillo de esta izquierda que nos «disfrutamos», tan radical como ofensiva, ha calificado la designación de Dolores de Cospedal para titular del Ministerio de Defensa como uno de esos «premios de consolación» a quien «no hay mas remedio político» que darle entrada en el Gobierno, (no sé sabe si como recompensa o para que se vea forzada a dejar la más operativa Secretaria General del PP), pero por «inutil» con la que se tiene compromiso más que por mérito o servicio alguno.

Sin embargo, ¿se trata tan sólo de arremeter contra la Cospedal o contra todo el «contenido» del Ministerio que desde el jueves titulariza?. Sospecho que ambas cosas, minimizar a la Secretaria General del PP y poner despectivamente de manifiesto el pobre papel que lo militar desempeña en la España actual que convierte en sencillísimo su manejo, mando y administración. Y……¿qué quieren que les diga?, pues que lo primero es o constituye un vulgar ataque a personalidad política rival y que lo segundo…… es verdad.

Las Fuerzas Armadas de España hace mucho tiempo que se han sometido al «designio político conjunto», es decir, el de todas las fuerzas políticas sin excepción, que asigna a sus Ejercitos de Tierra, Mar y Aire el silencioso e irrelevante papel de «gran mudo» o «convidado de piedra» en el escenario nacional. Se han «tragado» que solamente son para defender a la Nación de enemigos exteriores o para desempeñar misiones en el exterior también, preferentemente humanitarias y de paz, pero guardando absoluto silencio ante cualquier tipo de ofensa, calumnia, injuria o canallada que se propale o perpetre en el interior de la Nación. Y, claro, ese silencio por sistema hace muy fácil el manejo del Ministerio de Defensa. Aparte de lo dicho en el renglón anterior en materia ofensiva todo seguirá siendo mutismo.

¿Que  los Ejercitos se ven afectados, en mayor medida que ningún otro sector de la Administración por recortes presupuestarios? Pues ni una palabra de protesta; ni de los militares ni de nadie que los defienda. ¿Que se producen injusticias y abusos  dentro del colectivo militar, en su funcionamiento y destinos, ascensos y remuneraciones? Pues ni una palabra de protesta. ¿Que alguien se atreve a manifestarse en medios de comunicación, haciendo uso, como el de todos los españoles, del derecho a la libertad de expresión? Pues condena y posible castigo sin defensa. Y asi……. hasta el infinito de posibilidades de atacar y meniospreciar lo militar, cuya dirección se ha convertido efectivamente, en el sentido indicado, en un «premio de consolacion».

Todo ello aparte de la estupidez que supone adjudicar una cartera tan técnica y estratégicamente singular a una personalidad política civil, sea mujer u hombre. ¿Por qué razón o sinrazón no puede ser un militar Ministro de Defensa, con infinito mayor conocimiento de su organización, operatividad y administración que cualquier civil, absolutamente ignorantes, sobre todo desde que al «compañero popular» Aznar se le ocurrió la infeliz idea de suprimir el Servicio Militar obligatorio (saltándose por cierto el articulo 30 de la Constitución)?

La respuesta desgraciadamente es muy sencilla: porque el militar y lo militar deben estar sometidos, que no pueden ser dirigidos por un sometido de ellos. Desde el papel relevante que, para bien o para mal en ocasiones, ha tenido lo castrense en la historia de España, desde nuestra gloriosa etapa imperial y de conquista de America hasta la del protagonismo político durane todo el siglo XIX y gran parte del XX A CAUSA DE LA INUTILIDAD DE NUESTRA CLASE POLITICA, LO QUE SE SIGUE REPITIENDO, QUE COMO BOTÓN DE MUESTRA BASTA CON EL ESPECTACULO OFRECIDO DESDE EL 22 DE DICIEMBRE DEL AÑO PASADO HSTA ANTEAYER, hay un abismo hasta el mutismo absoluto y desaparición total de la escena publica en estos memos tiempos en los que reina lo estrafalario por doquier.

Nada de extraño en desear y conseguir mantener sometidos y calladitos  a los que ostentan la primacía en el respeto de los españoles por su profesionalidad, honradez (en el océano de corrupción que nos «disfrutamos» por todas partes, ni un militar ha mancillado su uniforme participano en semejante basurero generalizado), austeridad, espíritu de servicio, prudencia y sentido del deber hacia España y su grandeza, palabra esta última, por cierto, pronunciada en las palabras de toma de posesión por Cospedal.

¿Se imaginan ustedes a alguien atreviéndose a pronunciar semejante término en cualquier otro ámbito?. No puedo por menos de terminar estas líneas recordando una frase de mi madre. Hija, esposa y madre de militares, siempre que tenia que oir algún comentario antimilitarista ofensivo o despectivo repetía el mismo comentario «¿SERA CARIDAD O ENVIDIA?»

General Monzón de Altolaguirre

5 noviembre, 2016

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