Tal vez la respuesta a esta pregunta sería… esperemos a ver lo que hace el señor Trump. ¿Cumplirá con su programa y sus delirios? ¿Se apaciguará y moderará? ¿Cómo serán las relaciones con Rusia o Cuba o Irán… o con la vieja Europa?

No hay duda, no obstante, de que más allá de las personas, hay hechos que han cambiado (lo hicieron para siempre) la historia de esa gran nación que son los Estados Unidos de Norteamerica. “Matar a Lincoln” (La Esfera de los Libros), con más de dos millones de ejemplares vendidos al otro lado del charco, es una de esas obras conmovedoras, incapaces de producir indiferencia, casi indispensables no sólo para los sabuesos de la Historia moderna sino para todo aquel que sienta una mínima curiosidad por conocer los engranajes, los valores, el espíritu que hay en el pueblo y los dirigentes del país que sigue siendo -en tantos aspectos, nos guste o no- faro del mundo.

La obra de Bill O’Reilly y Martin Dugard es el retrato en movimiento de un suceso dramático, de una intriga, que lleva al lector a recorrer al trote las calles de la ciudad de Washington el día y la noche que John Wilkes Booth mató a Lincoln de un disparo. Es, en efecto, de esos libros que dejan sin aliento. Y, más allá del tópico, de esos libros que revelan el gusto de los autores por las cosas bien contadas, adecuadamente narradas, que terminan atrapando y enganchando página tras página hasta el desenlace, con nudos imposibles de desanudar…

Entre el periodismo y la historia, “Matar a Lincoln” es una de esas aventuras literarias en las que, en pleno fragor por la elección de Trump, apetece y mucho internarse. El resultado será cualquier cosa salvo decepcionante. ¡Adelante!