Señor Urkullu, como autóctono de esta preciosa parte de España que es la comunidad autónoma vasca, permítame exponerle algunas consideraciones que considero fundamentales:

1. Usted es el máximo representante del Estado Español en esta comunidad autonónoma, y no el Presidente de ninguna nación extranjera, no lo olvide.

2. Usted habla mucho de las victimas del terrorismo y a pesar de conseguir engañar a algunas de ellas, a la inmensa mayoría -entre las que me encuentro- no, le comunico que ya deduzco las razones por las que usted reclama la competencia de prisiones: para liberar etarras. Punto. Así de sencillo, así de perverso. No insulte a nuestra inteligencia.

3. A usted se le llena la boca hablando de los vascos, pero a los parados vascos de larga duración y a familias con serias dificultades económicas, les niega ayudas que, sin embargo, su Gobierno sí concede a inmigrantes. Un intolerable ultraje y flagrante contradicción proveniente de quien se autoerige guardián y salvaguarda de las esencias vascas.

4. Usted pone parches a su nefasta gestión en las materias citadas escudándose en el independentismo trasnochado comodín, en lugar de dar un giro a sus desafortunadas políticas y cumplir con su ineludible deber.

Señor Urkullu, póngase a ello, se lo reclamamos.