Un equipo de fútbol necesita ideas cuando sale a jugar como Maquiavelo las necesitaba cuando se ponía a escribir. El hueco metafísico que hoy tiene el Real  Madrid por dentro es el que tiene la ciudad, el Gobierno de Carmena, el momento que vivimos. Madrid se ha quedado sin proyecto sugestivo de vida en común, y por tanto sin equipo, sin Gabinete, sin moral. No hay nada en el aire, ilusión, proyecto o aventura que pueda metalizarse, cristalizar, y darle al equipo esa osatura de la que adolece. El Madrid de la era Carmena se ha quedado en una fábrica de goles.

Lo del Real Madrid no me parece a mí que sea cosa de tácticas y técnicas, ni siquiera cosa de dinero, con serlo tanto, sino asunto meramente político y social, o sea que el Barsa o el Bilbao, metaforizan una comunidad, la suya, con confaloneros de algo, de alguien, y el Madrid, en cambio, ya no representa nada ni a nadie, se ha quedado sin ideología, que es como cuando Alberti se quedaba sin rima, pero seguía versificando.

El Madrid de la era Carmena sigue por inercia, pero le falta la levadura y el espesor de una representación social, epocal, que ya no tiene. El fútbol no es nada más que euros y patadas, y por eso hay que meterle algo dentro.

El Madrid Pre-democrático, era España. El Madrid era una orla en la que entraban Gento y Di Stefano. El Madrid era la Pinta, la Niña y la Santa María. El Madrid de hoy, el Madrid de la era Carmena, se ha puesto coqueto de boutiques, tiendas de regalos y otras cuchufletas, ha dejado de ser un club de caballeros para ser una casa de masajes y una floristería.

El deporte es siempre la metáfora de otra cosa. Al fútbol hay que meterle dentro nacionalismo, democracia, imperialismo, fundamentalismo, y entonces los chicos juegan mejor y tiran más a gol. El Barsa tiene a Carles Puigdemont fuera y a Piqué dentro y el Bilbao tiene a carlistas y a grandes patriotas de la causa vasca. Lo mismo pasará en el Betis, el Valencia o el Coruña. Pero el Madrid de la era Carmena se queda sin fuelle porque Carmena no tiene fuelle. Ya no hay Real Madrid porque no hay un Madrid Real. Gracias, Carmena.

@marisaarcas