Opinión

Y Corcuera dió orden de disolverse

Imagen: Periodista Digital

El señor Corcuera, el ex ministro socialista, el hombre que en un tiempo no muy lejano iba a entrar en nuestra casa a patadas, iba a detener por la calle a los paseantes con o sin perro, porque, con Felipe González todo lo que se movía era peligroso, el señor Corcuera, en fin, que estuvo a punto de reimplantar el franquismo sociológico en España, ese, que dejó de ser el baranda de la cosa y tuvo las agallas de presentar su dimisión como diputado, ese, el señor Corcuera, ahora que pasa de largo por los linderos de la senectud abandona el Psoe. Corcuera, que había heredado la consigna dictatorial de “disuélvanse”, se ha dado orden de disolverse así mismo, de desaparecer políticamente tras la victoria en primarias de Pedro Sánchez.

Corcuera no es nuevo en estas lides de renuncia. Corcuera nos enseñó que el Ministerio del Interior, antes Gobernación, es el más misterioso, cautelar, alcantarillero, pantanoso y difícil de todos, pues pone en manos del titular todas las herramientas del quinquillero. Ser ministro de esa cosa es ser el contraladrón, el contraasesino, la contrafigura del mal, el mal mismo, pero con cargo al Presupuesto General del Bien. Interior es el subconsciente sucio, freudiano y surrealista del Estado, esa mitad en sombra que todos ocultamos y cultivamos, por donde camparon Amedos y membrillos, meretrices y chivatos. En Interior nunca debieran poner a un hombre con alma de guardia, como Corcuera, sino a un intelectual, a un teólogo o a un escolástico, que son quienes saben distinguir y botanizar los infinitos matices del mal. En uno de esos matices se mueve siempre el ministro de turno, y Corcuera sabrá que uso hizo de la calderilla inconfesable de los fondos reservados. El hombre que asume ser la otra cara del Estado puede acabar dando miedo, como el Estado mismo. Para ser ministro de la deyección hace falta un cierto cinismo y el señor Corcuera no tiene nada de cínico, ni de teólogo, ni de escolástico.

Hace años, a los españoles nos dejó indiferentes que tras el choriceo de Luis Roldán, Corcuera presentara sus cuentas personales y limpias pero ahora nos preocupa que tras 40 años de militancia abandone a su partido. Corcuera manifiesta: “El mejor Partido Socialista es el de donde vengo, algunos son los que tienen que hacer ese camino, pero al revés». Dicho queda.

Marisa Arcas

@marisaarcas

4 junio, 2017

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