Opinión

Juan Carlos, el monarca imprescindible

El rey Juan Carlos acaba de cumplir ochenta años y parece que fue ayer cuando Don Juan y Franco estaban de acuerdo en una sola cosa: en que el príncipe viniera a estudiar a España. Don Juan creía que le había colado una pieza fundamental a Franco, para recobrar él la corona. Pero la intención de Franco era otra: fraguar un rey a su imagen y semejanza para que algún día prolongase una especie de franquismo monárquico.

Quisieron engañarse el uno al otro y hoy sabemos que la Historia les engañó a los dos. Juan Carlos de Borbón y Borbón pensaba por sí mismo. Don Juan Carlos aprende de Franco caución galaica, siendo romano, pero asimismo le saca fotos cómicas con la gorra torcida, cuando duerme la siesta. Juan Carlos arrastra una fama de príncipe tonto que no tiene nada que decir, cuando lo que pasa es que tiene mucho que callar. Al día siguiente, como si dijéramos, de la muerte del dictador, se suelta el pelo y la lengua. Los generales que han ganado la guerra con Franco le obedecerán más allá de la muerte, y ven en Juan Carlos un rey franquista. Le apoyan.

Esto lo aprovecha nuestro monarca emérito para, tras un tiempo prudencial de luto y llanto, muy bien interpretado por Arias Navarro, ponerse de alivio de luto y darle todos los poderes a Adolfo Suárez, ese político apolíneo e irrepetible, para que nos instale en la democracia más avanzada de Europa. Entre los dos, rey y roque, legalizan a Carrillo sabiendo lo que hacen. El Ejército, ese coloso triste, comprende tarde o pronto que ha sido burlado, y del descontento general se segrega, subalternamente, el golpe de Tejero, que sólo Suárez, gran conocedor de hombres, remite de inmediato y endosa a Armada. Como así fue, para sorpresa del rey.

De todo lo cual resulta que la monarquía la decidieron los generales (no hubieran tolerado otra cosa que el franquista Juan Carlos). Por eso Franco no pone tampoco a su ya pariente Alfonso de Borbón, sin aval ni prestigio militar.  Juan Carlos se decidió por los hombres de su generación, obvió a los hombres de la guerra, a izquierda y derecha, y acertó. Los espadones perdieron brío tras el 23/F y por eso estamos aquí. Porque Juan Carlos Ifue imprescindible de cara al Ejército. No lo olvidemos.

Por Marisa Arcas

@marisaarcas

9 enero, 2018

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