Opinión

Congratulations Trump; ya tienes tu guerra

Foto: Twitter

Cada presidente de Estados Unidos se siente en la obligación de hacer una guerra. Una cruzada que luego consta en los anales como la contienda de tal presidente, la que le dio gloria y le llevó a figurar entre las grandes efigies de América, cuando las estatuas eran de arena y los presidentes morían como pistoleros.

Ahora es el turno de Donald John Trump, 45º Presidente de los Estados Unidos. El gobernante de los dientes limpios y el tupé ortopédico ha optado por atacar a Siria. No es nada nuevo. Sólo es la guerra. Esa que se repite siempre como una bestia zaina, sin imaginación. Todos los guerreros tienen la misma guerra y todos los tiranos tienen la misma cara. Trump hace panda con Francia y Reino Unido. Van a la guerra como si la creyeran, lanzando misiles, prestos a poner bombas en cada corralera y así demostrarnos cuántas guerras saben, cuántos hombres matan y qué valientes son.

Ahora ya serán más libres porque tienen más guerra. Es el mismo cuento de siempre. Vladimir Putin no va a abandonar a su aliado Bashar Al-Assad. Y se va a liar aún más parda. Dicen que vamos de cabeza a la guerra de todas las guerras. Esa que se repite siempre como una bestia cansada, como una fiesta de pueblo, como un colgajo de tanques y de árboles. Era, es la guerra, que ahora retorna a matar descamisados hambrientos con un precioso misil inteligente. Estamos en la guerra, en puertas de la guerra, lavándonos los dientes con su papel de estraza pues así lo ha decidido Trump y sus colegas.

El concepto yanqui de la democracia, o la democracia yanqui desconceptuada, es una cosa tan lasa que admite con toda naturalidad y alguna sonrisa ortodóncica que “en la guerra ninguna muerte es agradable”, como se ha aventurado a manifestar alguien sobre el caso. Ahora se lanzan misiles inteligentes que es un procedimiento nuevo, limpio, eficaz, rápido y sin huellas: el crimen perfecto. Este crimen perfecto y masivo de los yanquis está llamado a mejorar las virtudes del napalm en Vietnam, que tanto le gustaba a Johnson, una muerte antiecológica, pero es que Johnson no era más que un cowboy.

Ahora, con el “Make America great again” (hagamos a América grande otra vez) cantado por Trump como lema, el Pentágono mata de otra forma.

Por Marisa Arcas

@marisaarcas

16 abril, 2018

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