Vivimos los momentos más inciertos de la historia de la democracia. La irrupción de nuevas fuerzas políticas en el panorama y la terminación del bipartidismo, ha traído un jeroglífico de difícil resolución.
Esta última semana La Casa del Rey ha mantenido rondas de conversaciones con todos los representantes del nuevo arco parlamentario.
Lo que vamos a analizar es la frenética jornada del jueves y viernes pasado en el Palacio de la Zarzuela donde su Majestad Felipe VI se vio con los cuatro principales líderes políticos que tienen posibilidad de formar gobierno, desde el punto de vista de la moda y la elegancia, el significado de los colores y el lenguaje no verbal visto en el Salón de audiencias, lugar donde los medios de comunicación inmortalizaban los saludos de su Majestad con cada uno de ellos.
Como siempre el más elegante fue el Rey Felipe VI. Impecablemente vestido y jugando muy bien con los tiempos para lucir los colores. Recibió a Albert Rivera el jueves por la tarde, y cómo mandan los cánones de la elegancia, Don Felipe VI eligió un traje color gris oscuro con camisa blanca. Albert Rivera también eligió un traje color gris, pero en esta ocasión más oscuro. Coincidió en este caso en el color de la camisa.
El gris es el color de la reflexión y la objetividad. A veces representa la soledad y el vacío. Estados de ánimos estos últimos que tendrá su Majestad viendo la dificultad encontrada para proponer un candidato al debate de envestidura.
En el posado ante los medios de comunicación se vio a Albert Rivera con los mismos tics nerviosos que el día del debate televisivo el pasado 7 de diciembre, mover en exceso los brazos y agarrando con fuerza el primer botón de su chaqueta.
Ya el viernes por la mañana recibió a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Mariano Rajoy. Aquí su Majestad eligió un traje gris claro, color que las normas de protocolo indican que su uso es recomendable hasta la puesta de sol. Su altura y peso, unido al uso de tirantes, hace que los trajes le sienten impecable. Las mangas de la chaqueta dejando ver su puño de la camisa con puño francés y abrochado con gemelos.
Pedro Sánchez ha mejorado mucho su imagen desde el primer encuentro en Moncloa con Mariano Rajoy nada más ser nombrado Secretario General del Partido Socialista hace año y medio y cuyo post podéis leer aquí: «análisis de estilo»
Eligió, al igual que el presidente en funciones, traje azul marino y camisa blanca. En este último color de camisa coincidieron todos. El azul transmite confianza, poder, sabiduría, conocimiento y seriedad. También transmite poder. Casualmente lo que todos ansían. Sin embargo, en la recepción de Pedro Sánchez con su Majestad ante los medios de comunicación en el salón de audiencias se le notaba nervioso por la sonrisa forzada que expresaba su rostro. El que más tablas demuestra tener en este tipo de encuentros es Mariano Rajoy. Estaba muy relajado.
El color blanco de las camisas que todos llevaban representa el símbolo de lo absoluto, la unidad y la paz. Valores estos últimos, unidad y paz, que debería buscar el próximo Presidente del gobierno. El blanco proyecta imagen de pureza y seguridad.
El traje de Pedro Sánchez está muy bien elegido, Slim-fit, dos botones, lana y dejando siempre a la vista 3 cms del puño de la camisa. Hombros bien encajados y pantalón de pierna estrecha.
Mariano Rajoy, quizás debido a la edad, siempre lleva trajes más anchos. Prefiere la comodidad a las tendencias. Sin embargo, no soy capaz de valorar la imagen de Pablo Iglesias. No entra en mis esquemas de elegancia, respeto y educación que una audiencia en el Palacio de la Zarzuela con el Jefe del Estado su outfit sea una camisa remangada y vaqueros. No puedo analizarla porque no la entiendo.
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