Opinión

La nueva izquierda del caviar, al gallinero

Por fin hay una reacción democrática contra el marketing bolivariano de bebes y rastras. Llevaban una temporada marcándonos goles, y al final, se les manda a un sitio donde sus shows, tendrán menos repercusión. Alguien tuvo que pensar, que espectáculos como el protagonizado el día de la inauguración del nuevo Congreso, debían de ser controlados.

Y he dicho democrática, porque se ha acordado por la mayoría, la que representa a 16 millones de españoles, frente a los 5 millones que apoyan al partido que parece que ha inventado la democracia. Es un primer paso ante un pacto tripartito que creo que la gran mayoría de los ciudadanos piden, y que Ciudadanos fue el primero en poner sobra la mesa. No queremos nuevas elecciones, señores políticos, ya tuvimos tres en el 2015. Pónganse a trabajar.

La cara de niño bueno de Errejón contrariado era un poema. “Cacicada”. Nos mandan donde quieren, como si nosotros con nuestra minoría revolucionaria, no tuviésemos el derecho a decidir donde debemos estar sentados en la clase. Los profesores a la última fila, por malos. Y sin tiempo para reaccionar.

En mi opinión, no es una anécdota jocosa. Es importante que los que han manejado la desobediencia en las formas, ocupen formalmente el lugar donde sus espectáculos llamen menos la atención. Hay que tener en cuenta que nos ven en Europa y hay que evitar ser portada por banalidades en el mundo entero. Son capaces de hacer demagogia con cosas tan sagradas como un recién nacido, por lo que no está mal que se tomen precauciones.

Ahora ya pueden legislar, y no sólo reivindicar o luchar. Tienen presupuesto, sueldos y escaños para presentar leyes y dejarse ya de “tuercas” y tornillos televisivos. En una palabra, trabajar. Demostrar la experiencia profesional que se le supone a un representante público.

Es cierto que muchos de estos nuevos políticos vienen de la calle, y es bueno que así sea, porque podrían dar un punto de realismo a la clase política. Pero el Congreso no es una manifestación en la Plaza del Sol. Eso ya ha pasado. Si no han tenido la oportunidad de formarse, ahora la tienen, pero ya no hay excusas, y si en el corto plazo ven que no están suficientemente preparados, que vayan dimitiendo, y dejando en sus sillones a aquellos de su partido que lo estén. Mérito y capacidad.

Pablo Iglesias presumía de tener una abuela que le llevaba una lata de sardinas al colegio, y ahora resulta que ha tenido que mostrar una declaración de la renta que ya quisieran para sí, la amplia mayoría de profesionales y autónomos de este país. Me recuerda a las poses de algunos actores de cine, los representantes de la izquierda del caviar. Presumen de clase pobre, pero cuando los mandan al gallinero se enojan de forma reaccionaria. Quieren barrera.

@jlmhens

27 enero, 2016

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