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Ni con la salud ni con nuestro dinero se juega

Pasado el ecuador del verano de 2002, cientos de estudiantes que asistían a cursos de Inglés en la Academia de Idiomas Opening, veían como en su propia cara y de la noche a la mañana la academia cerraba sus puertas sin explicación alguna dejando a los estudiantes sin curso y sin dinero, ya que o bien habían pagado de su bolsillo íntegramente el mismo, o bien habían concertado un crédito para poder pagarlo, teniendo que soportar las voraces reclamaciones de los bancos, que les exigían el cobro mensual de las cuotas del crédito.

En los meses sucesivos, corrieron la misma suerte empresarial las Academias Wall Street Institute, Oxford College English y Cambridge English School.

Parecía olvidado el periplo judicial en que los abogados nos vimos envueltos hasta que el Supremo nos diera la razón y se declarara que los afectados por no haber recibido las clases de Inglés, podían dejar de pagar el crédito ya que las perspectivas de cobrar por parte de los bancos dependían de que el Centro de Inglés con el que colaboraban para captar clientes, cumpliera con su cometido. Y la historia se repite esta semana ante un nuevo escandalazo que azota al consumidor: el caso FUNNYDENT, empresa con nueve clínicas dentales operativas en España, siete en la Comunidad de Madrid y dos en Cataluña. El cierre de todas sus franquicias este lunes ofrecía su imagen más desoladora: Un importante número de pacientes de edad avanzada reclamaban que les terminaran el tratamiento bucal y les devolvieran su dinero por lo que consideran una estafa masiva. El reclamo de la Clínica dental era el ya viejo señuelo del bajo precio con condiciones excelentes de financiación a través de los bancos vinculados a las Clínicas, que concedían créditos a tipos de interés preferentes y atractivos.

1014732_1Desde este Despacho, informamos de nuestra trayectoria en el ejercicio de acciones colectivas en defensa de los consumidores que contratando –porque así se les ofreció y se comprometieron a concedérselo-, créditos bancarios para satisfacer una necesidad personal y de salud, finalmente no fue cumplido el servicio ya pagado.

Sepa usted qué hacer cuándo las entidades financieras sigan exigiéndole el pago del crédito que contrató para la financiación de su tratamiento médico. Le garantizamos que el paciente engañado, además de poder ejercitar los derechos que le corresponden frente a la clínica dental cuyos servicios incumplidos le fueron ya pagados mediante un contrato de crédito, podrá ejercitar esos mismos derechos frente al empresario que hubiera concedido el crédito, evitando la “tomadura de pelo” de tener que seguir pagando por una “prestación fantasma”.

La historia se repite pero nosotros repetimos experiencia y eficacia. Contacte en…

Montse Suárez

Letrada ICAM, Colegiada 58738

SUAREZ@MARAÑA

Plataforma de afectados: 91 781 69 57

4 febrero, 2016

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