¿Existe regeneración democrática en el Ayuntamiento de Madrid? En donde cada semana nos brindan una nueva “Carmenada”, llámese hoy compromiso de las basuras ocultado por cambio de nombre de las calles o retirada de placas conmemorativas, llámese ayer contratando a la nueva cohorte de esa izquierda rancia que no puede ser llamada progresista, porque lo siento mucho, usar unos títeres infantiles ahorcando jueces, clavando puñales a embarazadas o con carteles proetarras no tiene nada de socialdemócrata y sí de radicalismo. Como la coherencia de querer alterar el patrimonio cultural con el desfile de SM los Reyes Magos y no alterar el patrimonio urbanístico con el Edificio España, el cual está protegido, pero existen diferentes formas para salvaguardar los intereses de las partes y que esa obra pudiese llevarse a cabo.

O como manipulan los estudios de emisiones de gases, los cuales, por supuesto que deben ser serios y efectuarse de una forma estricta por la salud de los vecinos de Madrid, pero no alterando los niveles de gases, o volviendo locos a los conductores de dentro y fuera de la capital. ¿O acaso existe regeneración democrática eligiendo a dedo al responsable de la M30, cuando no tiene experiencia en este ámbito y dudosa formación?

No podemos vivir de las ocurrencias de unos pocos haciendo que perdamos inversiones, empleo juvenil, directo e indirecto, y volviendo de nuevo a la “Champions League” de la economía de ZP.

Lo principal son los planteamientos y las acciones. En ese orden. El funcionamiento de las instituciones políticas debe ser democrático, transparente y abierto a discutir nuevas ideas conforme la sociedad lo vaya demandando. Como demuestra el gobierno autonómico de Madrid. Lo que no es regeneración democrática de un país, es llenar las instituciones con unos radicales que, además de alterar la vida política, intentan impartir doctrina a nuestros hijos mediante actividades cuyo contenido acaba siendo investigado por la Audiencia Nacional.