Anoche Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se equivocaron de fiesta. Ambos estaban invitados a una fiesta de carnaval y terminaron pasándose por la fiesta de los Goya. Y ya que estaban allí la Academia decidió darles un Goya honorífico como mejores actores secundarios en la película «Dos tontos muy tontos».

«El bruto se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza, el elegante se viste«. (Honore de Balzac). Y los payasos se disfrazan. Y eso es lo que hicieron estos dos personajes que aspiran a regir los destinos de todos los españoles. ¡Qué Dios nos pille confesados!

El refranero español es muy rico y hay uno que dice: «Dónde fueras haz lo que vieras«. Que el mal educado e irrespetuoso Iglesias se presente ante la primera institución del Estado en mangas de camisa, vaqueros y zapatillas, y, además, no conoce ni el protocolo que marca que para saludar a su Majestad debe inclinar la cabeza, y ayer aparezca con esmoquin le descalifica como dirigente político y como persona. Después de conocer esta semana que tiene más dinero en cuentas corrientes que Rivera, Sánchez y Rajoy, demuestra que el dinero no da la clase.

Aunque para saber que no tiene clase no hubo que esperar al sábado. Todas sus declaraciones antes de las elecciones y sus hechos actuales así lo demuestran. Cuando dijo que nunca formaría parte de un gobierno en el que no fuera presidente y ahora pierde el culo por ser vicepresidente, cuando dijo que no pactaría con la casta, y ahora atravesaría cualquier línea roja con tal de » tocar pelo», cuando dijo que ningún representante de Podemos ganaría más de tres veces el salario mínimo ínter profesional y las alcaldesas de Madrid y Barcelona ganan más que sus antecesores en el cargo, y así un largo etcétera.

Cuando a este personaje le han votado más de cinco millones de españoles, solo trescientos mil menos que al PSOE, algo falla en este país. Hay que reconocer que el PP ha sido perjudicado por la corrupción, y estamos hartos de tanto mangoneo, pero más casos tienen el PSOE en Andalucía y no le pasó factura en las elecciones autonómicas, e igual o más grave es el caso Pujol en Cataluña y también ganaron las elecciones. El PP debería mirarse su estrategia de comunicación. Pero desde luego la solución de España no es Podemos, un partido que dice que la expropiación es un acto democrático o que la propiedad privada tiene que estar al servicio de los más desfavorecidos. Cuando todos sus dirigentes son millonarios. Mucho ojo con lo que votamos.

Y a todo esto llega Pedro Sánchez, con los peores resultados de la historia de su partido y habiendo quedado en cuarto lugar por Madrid, se autoproclama Presidente porque dice que España el día 20 de diciembre votó cambio. Ese día España voto que gobierne el PP que fue quien ganó las elecciones. ¡Esto es de locos!

La hemeroteca les está dejando a los dos con el culo al aire. En entrevista con Gloria Lomana en Antena 3 repitió en tres ocasiones que nunca pactaría con populismos. Y a la semana siguiente se echó a sus brazos en cientos de ayuntamientos y varias Comunidades Autónomas para desalojar al PP de ellos.

Pero si finalmente Pedro Sánchez pacta con el diablo para llegar a La Moncloa, como única manera que su propio partido no lo fulmine, que nos avisen. Porque nos bajamos de este tren. No queremos vivir en un país donde la mentira es el patrimonio de sus representantes políticos.