Basta recorrer la facultad de Ciencias Políticas de la Complutense para entender lo que está ocurriendo en Madrid bajo el gobierno de la comunista Manuela Carmena, pese a su empeño en argumentar que su formación política no tiene nada que ver con Podemos.

De sobra son conocidas las controvertidas manifestaciones realizadas por el bolchevique Pablo Iglesias, en relación con la banda terrorista ETA y los presos etarras. Recordemos a su vez que la misma Manuela Carmena en los años 90, cuando desempeñaba el cargo de jueza de Vigilancia Penitenciaria, se dio a conocer por decisiones cuestionables y polémicas tales como la excarcelación del terrorista etarra José Manuel Azcárate o la de los miembros del GRAPO José Ignacio Cuadra y Mercedes Herranz Arconés.

En esta ocasión, Manuela Carmena se siente otra vez juez y parte recusando a quien sí lo es y criticando la severidad del Juzgado de Instrucción que ha decretado prisión provisional sin fianza a los titiriteros por enaltecimiento del terrorismo y por atacar derechos y libertades públicas. “El arte no es terrorismo”, dicen sus cachorros amamantados por el odio, engendrados en el laboratorio de la Complutense, antiguos “okupas” del Patio Maravillas. Movimiento político llama su alcaldesa —ya que únicamente gobierna para los suyos— a la banda terrorista asesina ETA, que con su barbarie a teñido de sangre y dolor a sus víctimas y a las que quiere borrar toda justicia y dignidad.

Las denuncias se suceden, sin embargo el Ayuntamiento de Madrid quiere retirar la suya, esa que según justifica buscaba esclarecer lo ocurrido en el deleznable espectáculo que tachan de libertad de expresión.

Otros nos preguntamos si es lícito pagar del erario público estas actuaciones. Esto me trae a la memoria la frase de Peter Drucker: “El comunismo es malo. Sus motores son la envidia y el odio”.

Mi recuerdo siempre a las víctimas.

@luz3400

Escritora y Analista Política