Las aguas de la política bajan turbias y ya desprenden un hedor insoportable. Hemos entrado en bucle y gracias al aspirante al poder, Pedro Sánchez, a sus secuaces y acólitos, no sabemos que va a quedar de esta nación llamada España. En un futuro no muy lejano, cuando no nos conozca ni la madre que nos parió, sólo podremos asegurar que en la Historia ha habido varias docenas de españoles cojonudos.

Alguien ha dicho estos días que Pedro Sánchez es el sucesor de Indalecio Prieto. Sólo que Sánchez, está traicionando a España, a la España socialista, progresista, laica, moderna, eterna, mediante sus ansias de mando, sus coqueteos con los podemitas, sus peseteos con los periféricos en general y con todo dios en particular. Los distintos gobiernos de Felipe González, desertizaron España y nos dejaron a los viejos con moscas en la bragueta tomando el sol. José Luis Rodríguez Zapatero nos abandonó en la indigencia y Sánchez y sus colegas nos llevan al guano.

Entre tanta cochambre, el ex Presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha dicho que él se siente español y defiende la idea de España, y que ha pasado ya la pedantería izquierdista de asociar hasta el nombre de España con la dictadura. Rodríguez Ibarra está diciendo ahora sus mejores cosas, no sé si será la madurez, la jubilación, el destierro o el cabreo.

España es esa cosa fina y fuerte que cabe en aquellos versos de Machado: “Ya habrá cigüeñas al sol mirando la tarde roja / entre Moncayo y Urbión”, , y lo demás es Costa Cálida y del Sol. Lo dijo Blas de Otero, vasco y comunista: “España es agua seca caída en un barranco rojo”. Pero yo me quedo con la definición de Rodríguez Ibarra. “España es un país cojonudo”, aunque le pese a Pedro Sánchez.

@marisaarcas