Hay vida económica más allá de las empresas cotizadas en el Ibex 35. Y la hay también más allá de la pequeña mercería de la esquina, o de la pequeña tienda de cartuchos de impresora, o de la pequeña zapatería de barrio.

Hay una franja en la producción de riqueza en la que se abren paso en nuestro país compañías potentes, innovadoras, en pleno proceso de investigación y desarrollo, de expansión, de internacionalización. Crean valor y hacen a España más fuerte por sus sólidos cimientos.

Uno de esos ejemplos es Alvic, la empresa fundada en el municipio jienense de Alcaudete por Alejandro Rosales y hoy conducida por sus hijos Alejandro, Carlos y Javier. El fundador empezó como niño de aprendiz en una carpintería. Hoy puede orgulloso levantar la mirada ante un negocio volcado sobre la fabricación de componentes para mobiliario de cocina, baño, oficina, interiorismo y decoración.

La facturación de Alvic se sitúa ya en los 133 millones de euros, la previsión de crecimiento es de un ritmo superior al 10%, ya está levantando nuevas factorías en Estados Unidos y Turquía, y está revolucionando el sector con sus paneles Luxe y Zenit: una solución no sólo utilizada para mobiliario doméstico, del hogar, sino para la decoración de grandes complejos hoteleros y de ocio que se exporta a más de 80 países.

Como tantos proyectos de éxito la, compañía está consiguiendo entrar en esa dinámica y ese círculo virtuoso en el que no se ve tanto obligada a sacar y mostrar sus diseños como a atender las demandas que llegan de clientes muy exigentes, que buscan la excelencia, la calidad más alta, el sello de distinción Premium. Y que saben que es posible encontrarlo en Jaén, en España.