Opinión

Huérfanos de política

Finalmente se confirma lo que muchos llevábamos tanto tiempo temiendo. Si es que quedaba alguna duda. Una parte, más o menos grande, del espectro político español ha quedado, definitivamente, huérfana de representación, huérfano de voz en las cámaras de representantes, huérfano de toda opción de defensa dentro del panorama puramente político al que el sistema de democracia representativa, la menos mala de entre las opciones existentes, nos tiene abocados. Marginados a la trinchera de la sociedad civil. Con mucha honra, por cierto.

No se trata de una falta de coincidencia con algunos de los puntos de un programa político, ni mucho menos con una propuesta puntual de solucionar un problema que pueda resultar acuciante para “el conjunto de los españoles”. Se trata de los principios que inspiran las políticas planteadas por los distintos partidos políticos representados en la Cámara Baja y en la Cámara Alta y que dejan una cosa clara: la libertad del individuo no es una prioridad.

Debates tan básicos en cualquier democracia liberal moderna como el respeto a la propiedad o la autonomía privada han quedado totalmente desterrados en una frenética carrera en la que cada cual pugna por ser el que acciones promete utilizando el dinero de los demás o el que más cosas prohíbe cercenando la libertad de los demás. Eso sí, todo ello justificado en el “interés general” y en el “bien común”.

Que nadie se preocupe, ninguno mejor que un político para decidir qué es lo que más conviene a cada uno de nosotros.

Con tanto exceso de paternalismo, uno se siente cada vez más huérfano.

clubviernes (6)

@liberalsufridor

4 marzo, 2016

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