Opinión

España, un país que no defiende el castellano

Francia defiende su lengua a capa y espada. En el país vecino está mal visto usar palabras extranjeras en la publicidad y se arremete contra quiénes utilicen mal el lenguaje. A ver si aquí, con el castellano, cundiera el ejemplo.

Dicen los que chanelan de esto que el francés es un idioma en peligro de extinción mientras que el castellano, que cada día se expande más allá de nuestras fronteras, es postergado y vapuleado dentro del territorio nacional por políticos de medio pelo que aspiran a imponer un dialecto. Luego, está el tema de la invasión anglófona a la que hay dos maneras de enfrentarse y plantarle cara. La primera de ellas es coger un anglicismo y castellanizarlo, fonetizarlo, de manera que suene como una divertida eufonía.

La otra manera, vil, servil y rastrera de asimilar el inglés, es la de los locutores, los cursis y los lechuguinos, que antes metían el francés en cursiva, como quienes todavía meten latinajos e incluso hacen columnas completas en un latín de sacrístia.

En esta bendita España los hay que, habiendo estudiado inglés a huevo, fonetizamos irónicamente los vocablos que se infiltran, mientras que las azafatas y los locutores que no saben inglés, dicen, muy redichos, casting o manager business.

Aquí los yuppies venidos a menos, los presentadores y comentaristas que dicen cuatro cosas en inglés, son unos horteras ilustrados que siempre te explican que “en español no hay palabra”. ¿Cómo que no hay palabra?. En castellano de Castilla hay palabras para todo porque es el idioma más extenso del mundo, como el francés el más sutil. Lo que no hay es redaños para defender nuestra lengua, nuestras raíces y nuestra cultura, porque se mire por donde se mire somos una tropa de acomplejados incapaces de quitarnos el pelo de la dehesa.

@marisaarcas

8 marzo, 2016

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