Opinión

Europa sin rumbo

En 1957, en los Tratados de Roma, se reunieron hombres y mujeres de la talla de Paul-Henri Spaak, Antonio Segni o Konrad Adenauer; personas de muy diverso origen, de distintas nacionalidades y tradiciones que sin embargo compartían un proyecto común. Preocupados por las dos “Guerras Mundiales” que asolaron Europa, reconocieron la necesidad de construir un proyecto político paneuropeo, un espacio para la libertad, la igualdad y el bienestar, estableciendo así las bases de lo que hoy es un oasis de prosperidad en el desierto de desgracia que nos rodea.

A pesar de que hayan transcurrido casi sesenta años, la lección que de esto desprendemos es clara: sin un proyecto común, sin diseño de ideas, sin propuestas que atienen a una realidad filosófica, el cuerpo que los líderes representan no tiene cabeza. Los retos de Europa no dejan de ser preocupantes y han de solucionarse si no queremos caer en el viejo fantasma de los peligros del pasado.

Ante la constante presencia de Rusia, el crecimiento China e India, el liderazgo indiscutible de EEUU y el desarrollo de nuevas potencias, el fraccionamiento y la división en nuestro continente hacen que Europa pierda sus cartas a medida que la partida avanza. Influir en la paz o la guerra, el medioambiente, el bienestar o la crisis no son cuestiones menores a las que la Unión Europea tenga opción de dar la espalda.

El problema es que hoy Europa viaja sin proyecto común ¿Qué hacer ante el drama que asola la inmigración? ¿Cómo lidiar con el desmembramiento de la integridad europea? ¿Qué rumbo deben tomar las instituciones? Debemos reconstruir un proyecto común europeo, no por capricho sino por necesidad.

“No deis importancia al número, sino a la unidad de las fuerzas.” Giuseppe Mazzini.

@OspinaOpinablog 

Abogado – Politólogo

www.lopeznegreteyospina.com

15 marzo, 2016

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