Madrid, Opinión

Canal de Panamá y España: liderazgo español

El próximo día 26 de junio se inaugurará la ampliación del Canal de Panamá. Ha costado tiempo y dinero pero es bueno para la imagen de las empresas españolas. Incrementa la visibilidad de nuestras empresas de infraestructuras y sobre todo viene bien a la economía española en la medida en que el volumen de obra licitada en España de estas empresas ha caído de forma muy notable durante estos años.

Por tanto, el proyectarse al exterior es una salida para garantizar el empleo y la viabilidad hasta que llegue una fase alcista del ciclo más consistente y puedan volver a trabajar también en el territorio español.

Además, bien está lo que bien acaba. Visto en perspectiva lo ves como una gran obra emblemática y significativa de la marca España en la que nosotros podemos poner nuestra bandera. Pero todavía quedan 2500 millones de dólares ahí en distintos litigios.

Yo siempre recordaré lo que un empresario de largo abolengo me comentó cuando Sacyr ganó el concurso. Había otros contratistas que habían perdido la batalla y entonces este señor me decía: «pero vamos a ver, no nos engañemos, aquí la clave es ganar y luego ya veremos». Y en eso Luis de Rivero es el mejor.

Lo que quiero decir es que en España había una forma de entender el modelo concesional que era la de: lo más importante es ganar el contrato y luego ya jugaremos con los llamados modificados, o reformados o como queramos decir.

Este sistema permite al contratista adecuar las expectativas del negocio a lo que verdaderamente le interesa. En detrimento del contratante, que en este caso somos los españoles, que al final financiamos con recursos públicos con cargo a los Presupuestos del Estado esos modificados que desde el origen el contratista sabe que va a tener. Pero al final va a imputar a la obra y va a repercutir en detrimento del bolsillo de todos los españoles.

Y eso hace que muchas operaciones, obras civiles o inversiones públicas, cuando hablas con los que verdaderamente dominan eso te digan: «no te engañes, en España cada obra tiene su calendario político. Todo depende del momento político y cuando el político de turno se siente obligado a cortar la cinta por circunstancias políticas o electorales que vengan al caso, en ese momento el contratista tiene la sartén por el mango y le saca la hijuela al Estado».

Ese modelo concesional es el que se ha quebrado en el Canal de Panamá. El Canal de Panamá lo que ha puesto en tela de juicio es ese modelo, por todos los líos que ha tenido Sacyr en esa operación.

Y yo me alegro de que al final los haya podido resolver y que las cosas hayan acabado bien. Ojalá que el Canal de Panamá lo mismo que el AVE de los peregrinos de Medina a la Meca se conviertan en referencias internacionales que permitan a las empresas españolas seguir exportando ese modelo concesional del que realmente no ha sido todo oro lo que ha relucido como se ha podido ver.

@lodares

Economista

29 marzo, 2016

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *