Madrid, Opinión

Soldados contra terrorismo

Todo el santo día hablando de terrorismo, niveles de alarma y actividad policial contra este fanatismo bestial, apoyado en una equivocada motivación religiosa, pero sin que nadie se atreva a decir la verdad sobre lo que hay que hacer. Este atontado Occidente, anclado en los dichosos derechos humanos, se pasa el tiempo reivindicando su aplicación a toda clase de delincuentes, asesinos y bárbaros fanáticos, a la vez que nos aburren con la «toma de medidas», sin que nunca lleguemos a saber cuáles son ni para qué sirven, como no sea ver crecer la presencia policial en las calles y las molestias a la ciudadanía en todas las instalaciones publicas.

La realidad es que este moderno fanatismo islamista, con independencia de su acción exterior sobre el mundo civilizado y democrático que pretende aniquilar, tiene su origen en localizaciones territoriales bien concretas y bajo las siglas del Estado Islámico, de Al Qaeda, o las dos juntas. Ayer fue el Afghanistan talibán y hoy una amplísima zona al norte de Siria e Iraq, además de Libia, donde están organizados en algo cada día más parecido a ejércitos regulares bien adiestrados, uniformados y mejor armados, no precisamente y en solitario con armas portátiles (rifles, pistolas, metralletas, granadas y explosivos de manejo manual) como las que utiliza el terrorismo urbano. Siendo esto así, que lo es, las verdaderas medidas son únicamente dos: investigar y cortar de verdad la venta de armas y sistemas sofisticados de combate a semejantes bárbaros, e ir a por ellos, combatirlos y exterminarlos allí donde están y aumentan cada día su numero, poderío y eficacia exportadora bien adiestrada.

Y para eso de nada o muy poco sirven los grandes medios disuasorios aeronavales, aviones y buques de combate. Además de eso y fundamentalmente lo que hace falta son soldados de Infantería, con su apoyo de compañeros artilleros, ingenieros y blindados. Y no «soldados humanitarios», modelo ONG en tantas misiones de paz, sino soldados aguerridos dispuestos a matar y a morir en esta guerra que hasta ahora están ganando «ellos», porque sí saben hacerlo. Que ya no se trata del testimonial morir matando sin esperanza de victoria, sino del matar muriendo seguros de vencer.

Hay que oponerles lo mismo, que si algo saben hacer los magníficos ejércitos occidentales es combatir y vencer, pero sin restricciones estúpidas de derechos humanos que esta bestial barbarie no merece. Con soldados allí y no con lejanos e insuficientes bombardeos aéreos y navales. Todos los infantes sabemos desde siempre que «el terreno y el enemigo no son del que los conquista por el fuego, sino del que ocupa el primero y derrota al segundo cara a cara», aniquilándolo, desarmándolo por completo rindiéndolos en suma sin condiciones. ALLÍ .

3 abril, 2016

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