Y digo yo, ¿no tienen los señores de la CUP del Ayuntamiento de Manresa mejores cosas que proponer a la ciudadanía? ¿Hacer política para ellos es llevar al pleno una moción «antitampones»? Esto es surrealista y si me apuran, hasta repugnante.

Resulta que una formación antisistema, independentista y probatasuna invierte su tiempo ahora en tratar de regular los métodos de recogida de sangrado de las mozas de su municipio. Es decir, que porque a las mujeres de la formación cupera les guste el rollo perroflauta y llevar esponjas marinas en sus vaginas, nos tiene que gustar a todas.

Señoras de la CUP, no creo que ustedes y sus hábitos higiénicos sean el mejor ejemplo que mostrar a unos pobres adolescentes que bastante tienen ya con salir adelante e intentar labrarse un futuro en este más que incierto país. Somos muchos los no respetamos a políticos como ustedes que hacen la ola a ocurrencias tan desagradables como la que protagonizó en su día, meando en plena calle, la activista-protegida de Ada Colau. Cosa que por cierto, hacen los perros y no las personas.

La moción en cuestión, lleva la firma de Jordi Masdeu, cabeza de cartel de la CUP en Manresa, que mucha experiencia debe de tener el hombre en el uso de copas menstruales, compresas de ropa y esponjas marinas. Un asunto, según la CUP «fundamental» para el buen desarrollo de su municipio. De traca.

Sinceramente, me importa un pimiento como estas señoras controlan sus menstruaciones. Es más, me da bastante asco imaginar como limpian esos artefactos tan ecológicos y la metodología que utilizan para su introducción. Que cada una haga de su capa un sayo y que cada palo aguante su vela como le dé la real gana. Bastante tenemos ya las mujeres de hoy en día como para perder tiempo con estas gilipolleces progresistas.