Madrid, Opinión

El discurso del Premier que pasará a la historia

El discurso pronunciado por David Cameron el viernes 24 de junio ante el 10 de Downing Street anunciando su dimisión tras la derrota de la opción a favor de permanecer en la Unión Europea que él había defendido en el referéndum celebrado el día anterior pasará, sin ninguna duda, a la historia. Aunque aún estará en su puesto unos meses más, con esas palabras el Premier ponía fin a un segundo mandato que podría ser calificado, en palabras de su Reina, como “horribilis”. Mi intención, no obstante, no es sumarme a la oleada de críticas que desde toda Europa se están volcando contra el Primer Ministro por poner en riesgo un proyecto de integración único como es la Unión Europea. Porque si bien es cierto que la UE ha sufrido un grave revés, creo que la Unión más afectada no es precisamente la europea sino la británica. El Reino Unido está en mayor peligro aún que hace dos años, cuando Cameron convocó el referéndum sobre Escocia.

Parece que la ajustada victoria de este último no sirvió de escarmiento, y no le disuadió a Cameron de celebrar una segunda consulta popular. En su discurso el Primer Ministro declaró seguir estando convencido de que lo mejor para su país era permanecer dentro de la UE, y desde luego habla de primera mano porque lleva 6 años asistiendo a Consejos Europeos y al frente del Gobierno de su país. Aun así, en sus palabras venía a defender que lo más democrático era que la decisión no la tomara él, por mucho que fuera el Primer Ministro de Reino Unido y contara con plena legitimidad para ello. Parece como si los británicos le hubieran votado simplemente para llevar la gestión del día a día del país y no para tomar decisiones, especialmente aquéllas más trascendentes y sobre las que muy pocas personas están mejor informadas ni tienen más criterio que un Primer Ministro.

La clave de este segundo mandato fallido de Cameron ha sido precisamente ésta, que ha evitado asumir la responsabilidad en temas fundamentales y la ha trasladado a millones de ciudadanos anónimos, a los que se les ha pedido que le hagan el trabajo al Premier y decidan por el bien del país. Esto es, el líder del país europeo que se enorgullece de ser el primero en dotarse de un sistema parlamentario no ha hecho sino legitimar esa idea tan extendida hoy en día de que la democracia directa es mejor que la democracia representativa. En este punto David Cameron sí que ha infligido un gran daño a su país y a la Unión Europea.

Ana Capilla

Profesora del Grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria

26 junio, 2016

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